¿Cómo se puede definir un evento, llamado este año EM18, en el que uno puede encontrarlo todo? Así de claro, todo. Se trata de una fórmula en la que se conjuga apertura a la realidad en todas sus dimensiones, y pasión por buscar y comunicar la verdad. Apertura a la totalidad de la experiencia humana, sin censurar deseos y búsquedas, sin dar nada por descontado, midiéndose personalmente con una circunstancia de fondo positivo, amiga, con deseo y curiosidad, porque manifiesta una presencia más grande, e invita a una conciencia más profunda de la verdad y el anuncio al que se abre. La belleza de la verdad conmueve por sí misma. Esto es experimentable sencillamente para los más pequeños, y para los que se creen más sabios o experimentados. Un evento abierto a todos. He estado allí y lo confirmo. Si intentamos calificarlo nos quedamos muy cortos. Se trata de un evento popular cuyo “corazón” son los cientos de voluntarios de todas las edades y condiciones sociales que colaboran gratuitamente durante todo el año en su construcción.
Con sus más de 10.000 asistentes, EncuentroMadrid es el evento cultural más frecuentado de la oferta de ocio madrileño, localizado esta vez en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Exposiciones, conciertos, zona infantil, espectáculos, mesas redondas y conferencias dan forma a una realidad única en el panorama cultural español. Nacido de la experiencia cristiana de personas vinculadas al movimiento católico de Comunión y Liberación, EncuentroMadrid, en sus tres días de duración, del 12 al 14 de octubre de 2018 en su decimoquinta edición, ha tenido como objetivo crear espacios de diálogo entre personas de culturas, tradiciones y credos diferentes, convencidos de que los lugares de encuentro son el terreno propicio para la construcción de la convivencia y del bien común.
Por él han pasado numerosas personalidades del mundo de la cultura, la economía, la música, la política y la religión.
Hemos querido entrevistar al que es presidente de la Asociación EncuentroMadrid desde 2004, el abogado Rafael Gerez Kraemer, licenciado en Filosofía por la UCM y en Derecho por la UNED. Realizó estudios de posgrado en la UCM (Departamento de Ética, Sociología y Filosofía del Derecho) y en la Universidad de California San Diego (Department of Political Science). Tras colaborar con distintas ONG y desempeñar, entre 1998 y 2000, el cargo de subdirector General de Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid, es socio, desde 2001, del bufete Gerez Abogados.
Rafael, hasta este 15º aniversario del evento EncuentroMadrid, ¿cómo ha percibido la evolución de éste en su presentación, difusión en los Medios, apoyo financiero, patrocinio, asistencia y servicio o colaboración de voluntarios?
A lo largo de estos 15 años, la primera constatación es de la que EncuentroMadrid ha sido un evento que ha crecido notablemente tanto en su dimensión como en su repercusión en medios. En cuanto a lo primero es evidente que los actos, exposiciones, número de ponentes, actividades e incluso el espacio físico en el que tiene lugar EncuentroMadrid se ha más que duplicado. Pero más allá de los números, lo que creo que es más relevante es el cuidado de todas las actividades que se organizan y la cordialidad que los voluntarios, que este año han llegado a las 700 personas trabajando para sostener y mantener EM, han sabido dar a este evento. De hecho, posiblemente el tesoro más bello de EM sean sus voluntarios, que hacen palpable lo que significa trabajar con gratuidad y a partir de un agradecimiento que nace de la fe cristiana. Ello ha dado una forma muy característica a EM que sorprende a todos los pasan por él y que lo ha convertido en un punto de encuentro real y con una repercusión cada vez mayor en medios. El apoyo financiero y el patrocinio también han crecido, pero en este campo como en el de la difusión en medios, nos queda mucho por hacer.
¿Cuánto tiempo ha llevado el planteamiento y organización de Encuentro Madrid 2018? ¿Cuándo fueron las primeras reuniones acerca del que hemos visto desarrollarse recientemente bajo el hilo conductor de la libertad, y qué personas le han acompañado en este proyecto?
Normalmente EncuentroMadrid se organiza a lo largo de todo un año. Debe tenerse en cuenta que todos los que colaboramos con EM lo hacemos en nuestro tiempo libre y ello requiere dedicación y paciencia, porque además uno tiene siempre que partir de la gratuidad y de la libertad de aquellos que se implican en el trabajo, lo cual a veces no resulta fácil ni evidente. De los 700 voluntarios, en torno a una treintena son los que durante todo el año preparan la parte organizativa y elaboran el programa, pero, a medida que se van acercando las fechas en que se celebra, el número de personas implicadas aumenta exponencialmente.
De entre tantas conferencias, mesas redondas, exposiciones, actividades, stands, espectáculo... ¿alguna vez pensó que podía haber una pequeña revolución que no fuera convergente a lo que quería expresarse, o el mismo dinamismo de lo que iba surgiendo iba apareciendo como un tejido que iba confeccionándose poco a poco de forma coherente? ¿cómo se ha vivido esa unidad en la diversidad de voces de culturas, tendencias políticas e ideológicas tan diversas?
Bueno lo importante no es la unidad en las voces, opiniones o tendencias de los participantes en EM. Desde sus inicios, EM ha tenido una clara vocación de apertura y de diálogo con personas que están alejadas de la vida de la Iglesia, aunque esta es una tarea a veces complicada en una sociedad tan compartimentada y en general muy determinada por los prejuicios como la española. Y por ello ha sido precioso ver cómo en los últimos años, poco a poco, van aceptando participar en EM personalidades de la cultura, la política o la sociedad que no temen exponerse y prestarse a abordar cuestiones que a todos nos apremian, aunque haya un cierto tabú en tratarlas: la muerte, la transcendencia, el dolor, la belleza... todo lo que ha formado parte de las temáticas recurrentes en EM. Y ello ha dado lugar a verdaderos encuentros uno de cuyos ejemplos más significativos ha sido el acto de cierre de esta última edición de EM, en el que participaron el prestigioso periodista Pedro G. Cuartango y Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación. Quienes tuvimos la suerte de asistir a este acto pudimos contemplar un diálogo sincero y cordial entre dos personas que no trataban de convencer al otro de la verdad dogmática de sus posiciones sino de ver en qué puntos su humanidad coincidía.
¿Qué es lo que ha tenido esta edición del Encuentro Madrid que la ha singularizado en su experiencia personal? ¿Qué anécdotas o detalles más entrañables, enriquecedores, interesantes o sorprendentes ha podido percibir en estos tres días?
La última edición de EM ha sido, para todos los que nos hemos implicado en ella, bastante especial porque hace un año por estas fechas no estábamos seguros de poder y de querer organizar EM de nuevo. El hecho de que seamos todos voluntarios es muy bello pues lo apostamos todo a la gratuidad, pero genera cierta precariedad en la estructura interna que se hace cargo de sostener EM. Y dado que, desde 2014, EM se había duplicado en actos, espacios, infraestructuras, etc., nos veíamos desbordados. Volver a hacer EM ha sido todo un reto y la gran sorpresa ha sido constatar que cuando nos hemos vuelto a poner en marcha, todos los voluntarios se han implicado como nunca. Era evidente que se trataba de un evento necesario no sólo por su repercusión y porque es una de las manifestaciones culturales más notorias en la Iglesia española sino por lo que supone personalmente para todos los voluntarios. Y ello ha generado un clima de trabajo donde el gusto y el afecto por construir juntos han prevalecido sobre el sacrificio evidente que a todos nos supone.
¿De qué manera ha podido verificar el lema "Por la libertad se puede y se debe aventurar la vida"? ¿En qué medida el Encuentro Madrid ha sido una aventura de la libertad, un encuentro con una Presencia que da sentido a la vida y dona la verdad liberadora, y una atención a las preguntas fundamentales y anhelos más íntimos de la experiencia humana?
La verificación del lema ha sido muy sencilla: uno aprende lo que es la libertad viendo a hombres libres. Y ejemplos no nos han faltado en EM este año: ya he hablado de Pedro G. Cuartango y Julián Carrón; pero también tengo que citar Azurmendi, Vittadini, Ruiz Gallardón, Vanessa Pérez, Teo Uriarte, Ana Ribera, Monseñor Aguirre, Carmen Giussani y tantos otros que han participado en los encuentros; o los organizadores de la exposición sobre Mayo del 68; o las personas que testimoniaban qué significaba para ellos la libertad en la exposición audiovisual; o de nuevo a todos los voluntarios que han trabajado a destajo... Viendo y siguiendo a todas estas personas uno entiende lo que es la verdadera libertad.
Muchas gracias, Rafael por concedernos esta entrevista en su apretada agenda.
Un amigo no hace mucho me comentaba: "El Concilio Ecuménico Vaticano II llegó tarde proponiendo aspectos modernos a una sociedad que ya estaba entrando en la postmodernidad. En estos momentos, estamos en un periodo de sínodos. Un periodo que proponen aspectos postmodernos, cuando la postmodernidad anda ya cerrándose lentamente. Si se trata de estar en diálogo con el "mundo" siempre vamos un paso por detrás. Cada vez nos sentimos más individuos y menos "parte" de un subconjunto social." ¿qué podemos hacer los cristianos de a pie, padres, educadores, maestros... para dialogar mejor, entender mejor y encontrarnos de verdad con la generación de jóvenes de nuestro tiempo que buscan sentido a la vida y a la libertad, de forma acompasada, contemporánea, y no desfasada, trasnochada...?
Bueno esta es una de las preocupaciones que también tenemos organizando gestos como EM. Y lo que hemos aprendido durante todos estos años es que el encuentro sólo es posible si uno vive de verdad su fe y ésta cambia y transforma la vida. Sólo así se puede comunicar como de hecho ha sucedido desde el comienzo del cristianismo. El Señor decidió manifestarse en medio de un lugar por el que nadie hubiera apostado. Y lo hizo a través de la categoría del encuentro –no construyendo grandes discursos- de persona a persona. No parece que haya otra forma desde entonces.
Pienso que no puedo resistirme a acabar este ”reportaje-entrevista” sin copiar aquí también el Comunicado final de EM18 (que se puede encontrar en este enlace):
14 OCTUBRE, 2018
“Cuando se cumplen 50 años de la revolución de mayo del 68, que puso en cuestión un orden social en el que muchos jóvenes no encontraban respuesta a sus deseos de verdad, justicia y libertad, EncuentroMadrid ha querido afrontar el significado y valor de esa libertad por la que se puede y debe arriesgar la vida.
En estos días no hemos teorizado sobre la libertad, sino que la hemos reconocido en los rostros y las historias de hombres y mujeres que la viven dentro de todo tipo de circunstancias. Amigos como Mikel Azurmendi y Teo Uriarte, que se liberaron de la ideología para dar crédito a hechos llenos de verdad que merecían ser atendidos. Testigos como el obispo Juan José Aguirre, que decide permanecer junto a su pueblo en medio de grandes peligros, dispuesto a perdonar y a volver a empezar una y otra vez. Así hemos entendido que la libertad se aprende viendo vivir a personas libres.
Los diálogos y encuentros de estos días nos han mostrado también que la libertad no puede separarse del reconocimiento de un bien presente, que la verdadera libertad es a la vez apertura y vínculo con los otros. Y que esta libertad merece ser defendida y promovida en todos los ámbitos. En nuestra historia reciente los españoles vivimos la experiencia de un abrazo y de una reconciliación que se plasmó en la Constitución del 78, de la que ahora se cumplen 40 años. Hemos hecho memoria de aquellos días y hemos entendido que aquel edificio jurídico y político ha custodiado el ejercicio de las libertades en España, pero no se sostendrá en pie sin el protagonismo de personas y comunidades que vivan hoy la misma experiencia que estuvo en su origen y en la que subyacía la afirmación de que el otro es un bien.
El periodista Pedro G. Cuartango y el presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, Julián Carrón, en un intenso diálogo han puesto de manifiesto que, en este momento histórico convulso, una aportación sustancial del cristianismo es favorecer espacios de libertad donde compartir diferentes experiencias de vida. Es algo que han reflejado con claridad los diversos actos, exposiciones y espacios de convivencia de este EM18, donde personas de diversas tradiciones se han visto valoradas y acogidas, enriqueciendo una historia que ya cumple 15 años.
Para los jóvenes del 68 Dios había dejado de ser objeto de deseo, provocando su alejamiento de una tradición que ya no sentían correspondiente a su búsqueda. Ellos percibían un cristianismo reducido en buena medida a discurso moral y a la propuesta de unos valores abstractos. En este EM18 hemos verificado una vez más que cuando el cristianismo se experimenta como presencia real, viva y tangible, es una propuesta que interesa a todos y que nos permite introducirnos con esperanza en las provocaciones de este momento histórico lleno de incertidumbres.”