Dice el cardenal Newman por boca de Peter Reading, su alter ego en la fabulosa novela “Perder y ganar” que: “un poco de información te puede alejar de la Verdad de la iglesia pero mucha te acerca definitivamente”, y esto es justo lo que practica, al mismo tiempo que teme, con tenacidad incansable El PAÍS, antes diario independiente de la mañana y sin tilde y ahora diario global en español, han cambiado la independencia y la mañana por la globalidad y el patriotismo, que  paradoja. Y lo hace desde su línea editorial hasta las cartas de sus lectores pasando por su “fiel infantería” de la contraportada; los Millás, Vicent, Manuel Rivas, Maruja Torres o Almudena Grandes (que el 24 de noviembre del año pasado escribió uno de los textos más repugnantes que he leído en mi vida contra santa Maravillas de Jesús).
 
No pretendo vengar a una Iglesia que apenas se defiende a sí misma, lo único que pretendo es, perdónenme pero es así, divertirme. He desarrollado una capacidad tremenda para divertirme con la peor ignorancia y la mala uva que desprende este periódico hacia la religión y la iglesia católica. Me divierto con otras cosas también, no se asusten.
 
¿Por qué EL PAÍS y no otros periódicos como Público o El Mundo?. Público descartado por obvio, es tan evidente que no engaña a nadie y El Mundo tiene deslices y Gala que sufre de “manía persecutoria”, pero el periódico carece de mala uva y de la moralina laicista de EL PAÍS. Para EL PAÍS están los ultrafanáticos religiosos (entre los que incluye a cualquiera que se sepa el Padrenuestro) y los comecuras quemaconventos marginales de ultraizquierda (ultra es una palabra que le encanta usar a este periódico) y ellos son el fiel de la balanza, son el canon de la mesura laica y esto es más falso que “El código da Vinci”.
 
Aquí iremos viendo sus engañifas recurrentes, pero no todos los días, porque lo que si prometo solemnemente es, como lo he hecho hasta ahora, no dar ni un duro a PRISA. Lo leo en los aviones, los bares, las bibliotecas, internet…pero comprarlo, ¡jamás! No colaboro a engrandecer el único y todopoderoso dios de EL PAÍS, el dinero. Ahí son más creyentes que usted y que yo.
Tan sólo confesaré un pecadillo, la carne es débil, con los cupones que he recortado de extranjis me he pillado varias tazas de Los Beatles.
 
All you need is Love. Amor de los Amores.