Lerma, 18 de enero
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
UN CORAZÓN BLANDO
Ayer, en la oración de la tarde, tomé en mis manos la Palabra y la abrí. Me salió un evangelio impresionante: el del ciego de nacimiento. Lo que más me impresionó fue ver la ternura con que le trata Jesús.
Muchas veces confundimos la ternura con la ñoñería, y esto hace que la escondamos en lo más profundo de nuestro corazón para no ser señalados como mimosos o sensibleros.
Preferimos ir por la vida sacando pecho y demostrando una fortaleza que no siempre se corresponde con nuestra realidad interior ni se configura con nosotros.
La palabra ternura, tan poco usada en nuestro vocabulario habitual, entraña un contenido que va más allá de lo visible. Es algo que nace de muy dentro y que se manifiesta en una simple mirada, en un apretón de manos, en un gesto cariñoso, en una palabra con amor, en un silencio que acoge y en una sonrisa profunda.
¡Cuánta ternura necesitamos en la vida! ¡Cuántos momentos vivimos en los que requerimos gestos de amor, de ese amor verdadero que llega al corazón!
La ternura llega sin buscarla y la damos cuando somos sensibles a la realidad que nos rodea. “Felices los tiernos de corazón, porque ellos verán a Dios”… Felices aquellos que, con su vida, se atreven a vivir una forma diferente y no tienen miedo a que les señalen...
Llamamos "tierno" a lo blando, a aquello que está aún sin hacer… pero me pregunto: "¿Lo rígido, fuerte y maduro es capaz de doblegarse ante el dolor, la misericordia y compasión?"
El Papa Francisco nos hace una llamada a testimoniar a Jesucristo desde la palabra y la vida, nos habla de la ternura de Dios, hecha realidad en nuestra vida si le seguimos con fe y coherencia.
Hoy el reto del amor es ternura. Deja que el amor brote en ti desde la ternura, ama desde lo más profundo. Jesús amó al ciego con una ternura especial, no usó de normas ni de rigorismos, sólo le acogió y le trató con ternura.
Jesús siempre nos trata con una ternura inmensa; incluso cuando nos corrige, el Señor es un gran caballero. Él, desde la cruz (que es su máximo gesto de ternura), desde ella, te mira con cariño, y te pide que le des tu pecado para que Él pueda morir por ello, y así resucitar. El verdadero Rostro de Cristo es ternura. Él no tuvo miedo a amar desde dentro; tú hoy no tengas miedo a amar, ese amor te lo ha puesto el Señor, es un don.
Te deseo que pases un feliz día y que hoy el reto del amor sea sacar la ternura que tienes dentro.
VIVE DE CRISTO
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