Aunque parece que la tremenda crisis económica que ha azotado a nuestro país y -en menor medida- al conjunto del mundo occidental va amainando, la sacudida social sigue haciendo muy penosos estragos, lo que ha llevado a diversos intelectuales a plantearse la vigencia de un modelo económico que se considera ya obsoleto. Ciertamente, el capitalismo -en sus diversas acepciones- está detrás de buena parte de nuestro desarrollo económico, que ha conseguido facilitar un nivel de vida razonablemente alto para una gran mayoría de la población de nuestras sociedades, particularmente si lo comparamos con cualquier otro periodo de la Historia. Ahora bien, observamos que el modelo no cumple muchas de las expectativas iniciales, que ha crisis de fondo que llaman a una reconsideración del modelo. No se trata de que haya paro coyuntural, por ejemplo, sino de un sistema que margina sistemáticamente a una buena parte de la población más vulnerable. No se trata de que haya crisis bancaria, sino de que se considere el instrumento como un fin, sirviendo a unos pocos en lugar de servir de lubricante de la economía. No se trata de que haya problemas ambientales, sino de que no podemos vivir a un ritmo que consumo más recursos del planeta de lo que éste es capaz de regenerar. En suma, no es una crisis de un país o de una región, sino más bien de un sistema que es preciso reconsiderar.
Este es el tema central del libro que recientemente ha publicado el profesor José Luis Fernández: "El Capitalismo" en la editorial Digital Reasons. El libro se subtitula, muy significativamente: ¿Bastan las leyes de mercado para regular la economía?, ya que plantea una de las cuestiones más fundamentales de este sistema económico. El ensayo es un lúcido análisis de los fundamentos de este sistema económico y social, de sus logros y carencias, para presentar algunas sugerencias que permitan reformarlo. La base de la doctrina social de la Iglesia se presenta como herramienta de enorme proyección para que esa reforma sea verdaderamente eficaz y sirva a los intereses del bien común. El profesor José Luis Fernández es catedrático de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ICADE) y Director de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial, por lo que indudablemente es una voz muy autorizada para realizar esa crítica y proponer alternativas acordes con una visión antropológica integral del ser humano. Analiza con especial cuidado las bases éticas del capitalismo, sus carencias (individualismo, materialismo), planteando algunas ideas que permitan armonizar el desarrollo económico con otras facetas tanto o más trascendentes, que permitan lograr un progreso más armónico, que integre no sólo a todas las personas, sino también al resto de los seres vivos.
Este es el tema central del libro que recientemente ha publicado el profesor José Luis Fernández: "El Capitalismo" en la editorial Digital Reasons. El libro se subtitula, muy significativamente: ¿Bastan las leyes de mercado para regular la economía?, ya que plantea una de las cuestiones más fundamentales de este sistema económico. El ensayo es un lúcido análisis de los fundamentos de este sistema económico y social, de sus logros y carencias, para presentar algunas sugerencias que permitan reformarlo. La base de la doctrina social de la Iglesia se presenta como herramienta de enorme proyección para que esa reforma sea verdaderamente eficaz y sirva a los intereses del bien común. El profesor José Luis Fernández es catedrático de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ICADE) y Director de la Cátedra de Ética Económica y Empresarial, por lo que indudablemente es una voz muy autorizada para realizar esa crítica y proponer alternativas acordes con una visión antropológica integral del ser humano. Analiza con especial cuidado las bases éticas del capitalismo, sus carencias (individualismo, materialismo), planteando algunas ideas que permitan armonizar el desarrollo económico con otras facetas tanto o más trascendentes, que permitan lograr un progreso más armónico, que integre no sólo a todas las personas, sino también al resto de los seres vivos.