"Es absurdo", pensé. "Una manifestación religiosa pública nunca debería estar en manos de un ente que ni es religioso ni es creyente".
Sin ánimo de echar la culpa a nadie, lo que sucedió con la muchas de las cabalgatas de reyes celebradas en España, en realidad, no es culpa de quienes las organizaron, que son equipos de gobierno elegidos democráticamente por los electores y que, en realidad, no tienen ni trampa ni cartón: son como son, piensan como piensan y actúan muy consecuentemente con sus ideas.
En verdad, y me incluyo en el error, los cristianos de por aquí hemos caído en una dejadez de funciones. Somos nosotros, los cristianos y creyentes, quienes deberíamos proteger y cuidar nuestra cultura y tradiciones. Somos nosotros, cristianos y creyentes, quienes debemos ocuparnos de nuestros asuntos. Los católicos de Occidente en general, y de España en particular, seguimos siendo unos ingenuos, y nos seguimos sorprendiendo de cosas como las pasadas cabalgatas de reyes, porque durante muchos años, décadas, nos han organizado la vida muy a nuestro favor, creciendo dando demasiadas cosas por supuestas, cuando, en verdad, nos las tenemos que trabajar mucho más de los que lo hacemos. Mea culpa.
Si queremos una cabalgata de reyes fiel a la tradición, con sus tres reyes magos varones, con sus camellos, y con su adoración a Jesús en el pesebre, ante el asombro de María y José, de los pastores, y de nuestros hijos, lo mejor es que lo organicemos nosotros, porque quienes no creen en Jesús, ni en la Virgen, ni en José, ni en los reyes, no lo van a hacer bien, intencionadamente o no, que eso no lo sé, y, la verdad, tampoco me importa demasiado entrar en ese juicio.
Esto que ha pasado este año, volverá a pasar el año que viene. Por lo tanto, es tiempo de que nosotros, cristianos y creyentes, empezamos a organizar, allí donde veamos que va a volver a pasar, nuestra propias cabalgatas fieles a nuestra cultura, a nuestra fe y a nuestras tradiciones.
Para ello, necesitamos que nuestros pastores, nuestros padres, nuestros obispos estoy diciendo, den un paso al frente en aquellas diócesis y ciudades en las que hayan hecho de la cabalgata cualquier cosa menos una cabalgata.
Yo vivo en Madrid, y si el año que viene, al ayuntamiento quiere organizar su propia cabalgata, no ha de ser óbice para que la Iglesia, custodio de nuestra fe y tradiciones, celebre una cabalgata cristiana, fiel a los textos evangélicos y a las tradiciones posteriores. Es una urgencia, tendiendo en cuenta lo siguiente: la edad en que la ilusión de los Reyes magos se vive con la conciencia y la ilusión de un niño, oscila más o menos entre los 2 y los 10 años de edad, apenas un par de legislaturas. Solo con un puñado de cabalgatas podrán deformar una tradición y una Historia milenaria en una generación, la de nuestros hijos, a la que habrán robado lo que nosotros sí que nos dieron.
Lo que propongo no es tan complejo. Vale que es nuevo y, como digo, nos sorprenden que nos veamos en esta tesitura, pero es la que es y hay que reaccionar en positivo, siendo valientes y con iniciativa. Y como digo, en realidad, se trata de hacer la víspera de reyes lo que ya tantos católicos de España hacemos en Semana Santa. Pedir los pertinentes permisos, organizar a la gente, diseñar los atuendos y trajes… y disfrutar de nuestra fe como es, no como nos digan que tiene que ser quienes ni la tienen ni la respetan ni la quieren, que además, están en su derecho. Ll que quiero decir es que a ver si no va a ser tan culpa suya como nuestra.
Ya hay una iniciativa social llevada a la red en la que se pide al arzobispo de Madrid que emprenda las acciones. Sí, él debe ser nuestro líder, pero también es cierto que no hay que dejarle todo a él. Por ahora, es bueno leerla y adherirse, y esperar que en el obispado muevan ficha. Y si no lo hacen, somos nosotros, los padres de niños católicos los responsables y custodios de la fe y las tradiciones de nuestros hijos. ¡Adelante!