Quiero aprovechar algunas de las ideas de una respuesta que hice en el siempre interesante blog de mi "vecino" en ReL, D. Luis de Antequera
En él se planteaba la necesidad de incidir más en una opción social o en una opción política (transformar la sociedad para transformar la política o viceversa) a la hora de trabajar por la implantación de la cosmovisión cristiana en la sociedad.
Lamentablemente la opinión pública (que por otra parte es una construcción artificial reflejo de la opinión publicada) mantiene posiciones equivocadas en asuntos de vital importancia como es la del aborto, y, nos guste o no, grandes sectores de la sociedad española comparten las actuales leyes asesinas que el Sistema ha legalizado.
Ante esta situación algunos mantienen que para cambiar hay que operar sobre la sociedad y, una vez cambiada ésta, la sociedad presionará sobre la superestructura política cambiando las leyes.
Yo, sin embargo, pienso que la prioridad, antes que cambiar la opinión pública es cambiar la ley, pues con la opinión pública en contra o a favor, si la ley condena el aborto y lo persigue la gran mayoría de los mismos dejará de producirse.
Y por otra parte cambiando la Ley automáticamente cambiará la opinión pública.
Es decir cambiando la ley cientos de miles de niños menos asesinados.
Imagínese el argumento de que la opinión pública en los pueblos de Goyerri sobre el terrorismo tuviera que cambiarse con pedagogía y que mientras no debiera ilegalizarse ETA.
O que se dijera que no había que desmontar los campos de exterminio de judios hasta que fuera cambiando la opinión pública alemana.
O que cuando llegaron los liberadores españoles a Tecnoctilan hubieran permitido los sacrificios humanos hasta que los aztecas cambiaran sus convicciones religiosas.
Todos sabemos del papel "pedagógico" de la ley, y de que el pueblo español, lamentablemente, tiende a confundir lo legal con lo legítimo, asumiendo como tal lo que permite la legislación.
Y eso no es una opinión. Es un hecho constatable. Simplemente con consultar los sucesivos infomes FOESSA podemos ver como evoluciona paulatinamente y radicalmente la opinión de una misma sociedad sobre temas claves en función de la legislación que se aprueba por el gobierno.
Está muy bien procurar el cambio social desde abajo.
Primero, porque no es opuesto, sino complementario con el cambio legislativo, pero, sobre todo, porque, de momento, no tenemos posibilidad de hacer otra cosa.
Pero el "gramcismo" más efectivo es el que produce el control del BOE.
¡Qué diferencia si en el B.O.E. los Presupuestos públicos que aparecen en el mismo en vez de subvencionar a la IPPF subvenciona la fundación Madrina y bonifica la maternidad en todos sus aspectos impositivos, laborales, etc...,!
¡Y si en vez de aparecer en el BOE el programa de la "Educación para la Ciudadanía" aparece un programa basado en los valores cristianos!
¡Y si en el BOE en vez de nombrar a Calviño se nombra a Zutánez, que en vez de sacar a Cristina Almeida en Informe Semanal, pone en horas de máxima audiencia las imágenes de lo que es un aborto explicadas por el Dr. Nathanson, dando a conocer a la gente la realidad de mismo!
Por eso la batalla del aborto hay que librarla en el Parlamento, porque tendrá inmediatas consecuencias sociales.
Pero, para la librar la batalla en el parlamento, hay que empezar por abrir una brecha en el mismo, donde impera la dictadura uniforme de la Cultura de la Muerte en todos los partidos con representación parlamentaria.
Y para ello debemos desalojar de las Cortes a los actuales partidos, los progres de derechas y de izquierdas, responsables de más de un millón doscientos mil asesinatos por aborto quirúgico y varios millones más por píldoras abortivas, manipulaciones genéticas y fecundaciones "in vitro".
Y apoyar alternativas políticas que lleven al debate político del parlamento los valores no-negociables de los que nos habla Benedicto XVI.
Todos veremos como si cambia el poder, y no por arte de magia, cambia la opinión pública (estoy seguro que nos acordamos del referendum OTAN y de la caprichosa volubilidad de la opinión pública española).
Por otra parte los esfuerzos de cambio de opinión pública, dado el panorama mediático, no tienen resultados minimamente operativos.
¿De qué sirvieron los titánicos esfuerzos para las espectaculares manifestaciones a favor de la libertad educativa y la familia?
Ahí tenemos la Educación para la Ciudadanía operando sobre nuestros hijos (incluidas la CAM y similares) y ahí tenemos las ventajas sociales, usando recursos públicos, para los sodomitas "casados".
Si solo una décima parte de esas personas que participaron en tan "magnos" acontecimientos en Madrid, tras acudir, y quedarse con la conciencia tranquila, después, en vez de votar a partidos del sistema, hubieran votadoa un partido que llevara el programa de los valores no-negobiciables, por ejemplo en las autonómicas de la CAM, éste hubiera obtenidos 4 o 5 diputados autonómicos, que estarían continuamente trabajando por ellos, y poniendo trabas parlamentarias y legales a, por ejemplo las subvenciones de la CAM a las clinicas abortistas.
Siguiendo el ejemplo, solo con que un 5% de los asistentes a las citadas manifestaciones hubieran votado en el ayuntamiento de Madrid en vez de al partido progre de derechas a una agrupación que defendiera los valores no negociables habrían salido un par de concejales que ocupando Asuntos sociales, salvarían más vidas que con todas las casas cunas de España juntas en los próximos diez años, porque las asistentes sociales municipales, en vez de orientar hacia los abortoríos facilitarian medios para llevar a feliz término los embarazos.
Insisto, la idea no es enfrentar el trabajos "social" y el trabajo "político", que no solo son excluyentes sino complementarios, sino evitar que el trabajo "social" sea la excusa, y a veces el antídoto, para evitar el crecimiento y la operatividad del alternativas políticas a los partidos del Sistema, que en España, todos sin excepción, conducen a un orden social y político anticristiano, y por ello antihumano.