A pocas millas de “Walt Disney World” y de “Universal Studios”, se encuentra la “Basílica del Santuario Nacional de María, Reina del Universo”. Un lugar especial en medio del corazón turístico de Orlando, Florida. ¿En qué sentido? Sin duda, cubre tres aspectos muy importantes que son una lección sobre cómo hacer presente la fe en contextos cosmopolitas. Primero, la celebración diaria de la Misa y un horario favorable para tener acceso a la confesión. Segundo, su ubicación estratégica, pues permite que los turistas de los alrededores puedan visitarla con facilidad. Tercero, la amabilidad con la que los sacerdotes y voluntarios reciben a los visitantes. Lo impresionante es que, no obstante la variedad de actividades que existen en la ciudad, no falta la afluencia de personas, aprovechando la exposición del Santísimo en una capilla que se ubica justo detrás del altar de la basílica.
¿Qué podemos aprender? De entrada, recordar que la fe hace falta en todos los contextos y escenarios de la sociedad. Esto implica distribuirse entre la ciudad y la periferia. Ciertamente, en el caso de las grandes metrópolis de occidente, el secularismo está presente, pero cuando se ofrecen espacios significativos, en los que resulta posible entrar en un ambiente apropiado para la oración, son valorados y concurridos. Tenemos que estar en sitios de fácil acceso; sobre todo, para seguir impulsando la pastoral de los ambientes. La basílica de Orlando es un claro ejemplo. Hay que tener visión a largo plazo e involucrarse en proyectos que acerquen la fe a las ciudades. Lejos de replegarnos, avanzar.