Era el 22 de octubre de 1978, jornada histórica del inicio del pontificado de san Juan Pablo II. Aquel día acuñó unas palabras que nunca han dejado de tener actualidad: ¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!
Hoy en la ciudad de Belén ha nacido el Mesías, nuestro Salvador.
Lo dice Juan, el evangelista, en su prólogo: “Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron (la Palabra). Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios”.
La realidad es que seguimos cerrando nuestras puertas al Niño Dios con demasiada facilidad. La caricaturista francesa Chard publicó el pasado día 19 de diciembre este cuento de Navidad, la historia de un Belén que nadie aceptaba en una ciudad francesa cualquiera (desgraciadamente la historia ocurre también en nuestra bendita España): el alcalde, la maestra en la escuela, la directora de la oficina de empleos (de desempleo dicen algunos), el director del supermercado que ha abierto su tienda a los productos musulmanes, rechazan la instalación del Belén que les propone la pequeña. Por fin cansada, ella, con su Belén se instala en un banco en la calle, y se acercan al Belén todos los pobres que viven sin techo. Los gigantes del Amor contra los enanos del odio…
Con esta naturalidad se presentaba en los ejemplares del mes de diciembre a Tintín, Milú y a sus amigos en un tiempo no tan lejano…
HOY HA NACIDO PARA NOSOTROS EL NIÑO DIOS
Hoy en la ciudad de Belén ha nacido el Mesías, nuestro Salvador.
Lo dice Juan, el evangelista, en su prólogo: “Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron (la Palabra). Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios”.
La realidad es que seguimos cerrando nuestras puertas al Niño Dios con demasiada facilidad. La caricaturista francesa Chard publicó el pasado día 19 de diciembre este cuento de Navidad, la historia de un Belén que nadie aceptaba en una ciudad francesa cualquiera (desgraciadamente la historia ocurre también en nuestra bendita España): el alcalde, la maestra en la escuela, la directora de la oficina de empleos (de desempleo dicen algunos), el director del supermercado que ha abierto su tienda a los productos musulmanes, rechazan la instalación del Belén que les propone la pequeña. Por fin cansada, ella, con su Belén se instala en un banco en la calle, y se acercan al Belén todos los pobres que viven sin techo. Los gigantes del Amor contra los enanos del odio…
Con esta naturalidad se presentaba en los ejemplares del mes de diciembre a Tintín, Milú y a sus amigos en un tiempo no tan lejano…
HOY HA NACIDO PARA NOSOTROS EL NIÑO DIOS