Lerma, 23 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
FELICITACIÓN DE NAVIDAD
Hace unos días que no paramos de felicitar la Navidad y de mandar postales. Y, a la vez, sólo hacemos que recibir montones de cartas en las que nos felicitan a nosotras.
Orando este detalle tan navideño, me daba cuenta de la fuerza que tiene este gesto de cariño hacia la persona que lo recibe. Lo primero que supone escribir una felicitación es que le dedicas un tiempo a la persona que escribes, pasas un rato pensando en ella, en lo que vas a poner en la postal, y, posiblemente, vuelva a tu cabeza y a tu corazón algún recuerdo de momentos especiales...
Y tú... ¿has recibido alguna felicitación de Navidad? ¿Has escrito a alguien? Si hoy das amor, te aseguro que recibirás amor.
Pero me gustaría invitarte a que tu postal, este año, sea diferente. Hoy te propongo tres pasos a seguir para felicitar la Navidad a esa persona a la que quieres.
Primero: Deséale que, en estos días, tenga un encuentro con Cristo, que experimente todo Su Amor por él o ella; deséale que, como José y María, no celebre la Navidad, sino que la viva. Esto es lo que decimos al desear una feliz Navidad.
Segundo: Dile que le quieres. Todos estamos creados para amar y ser amados. Por lo tanto, si nos hemos encontrado con el Amor hecho carne, entre nosotros no tenemos que tener miedo a querernos. Él nos ama, en su Amor podemos amar.
Tercero: Dile que vas a rezar por él. Dile que, en tu belén, ante el pesebre, vas a entregar al Niño todo lo que tiene en el corazon: preocupaciones, alegrías, esperanzas... Dile que seguirás teniéndole presente en tu oración a lo largo de este nuevo año que va a comenzar.
Como ves, el reto del amor de hoy es escribir una felicitación de Navidad en la que transmitas el Amor del Señor. Y, si en vez de una, son dos... ¡mucho mejor!
Te dejo para que puedas preguntarle al Señor a quién escribir... ¡Que pases un feliz día! Feliz Navidad, te quiero y rezo por ti.
VIVE DE CRISTO
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