Lerma, 18 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿A QUÉ SABE DIOS?
Hace tiempo, un sacerdote nos contó que uno de los niños que iban a hacer la 1ª Comunión estaba impaciente y nervioso. Al preguntar al pequeño el motivo, éste dijo que “quería saber a qué sabe Dios”. Esta expresión, tan inocente y profunda a la vez, nos muestra la cercanía de Dios en su Hijo: hasta la Eucaristía, hasta poderlo comer, hasta hacerse Carne de nuestra carne.
Ayer, después de comulgar, me surgió la misma expresión del niño aquel: "¿A qué sabe Dios?" Porque en mi paladar sabía a pan, pero en mi corazón tenía la certeza de que es Dios mismo en mí.
Me daba cuenta del inmenso Misterio de fe que supone creer que Cristo está ahí, y la admirable realidad de que verdaderamente está. Y es que Dios sabe a pan y sabe a todo lo mío, sabe a mi tierra, a mi vida, a mis problemas y mis ilusiones, a mis proyectos y a mis sueños; Dios sabe a mis dones y mis debilidades.
Es tan fuerte esta realidad que toda una vida no es suficiente para agradecerlo y toda la eternidad para alabarle, porque, al hacerse Dios hombre, Pan para nosotros, nos ha alcanzado ser felices para siempre.
A nosotros nos toca estar atentos, caer en la cuenta cada día de este Misterio que se nos regala, pero que, por ser regalo, no nos es debido; nos toca no acostumbrarnos sino atizar en nosotros, con nuestra voluntad, deseo, reverencia, adoración… este Fuego divino y humano que, de puro insospechado para nosotros, podríamos caer en la trampa de guardarlo o acostumbrarnos. ¡No! Los dones son para cada momento. Si alguien que te quiere mucho te regala un abrigo para el invierno, no lo guardes para ocasiones especiales, ¡disfrútalo cada día! Si te regalan unos bombones, cómelos cuanto antes… si se te regala Cristo mismo, ¡¡ábrele la puerta, estate atento a su llegada, póstrate ante Él con todo lo tuyo y que entre para que cenéis juntos!!
El reto de hoy es que tomes conciencia de lo que supone comulgar a Cristo y te rindas en adoración.
VIVE DE CRISTO
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