Año del Señor 2023
17 de abril 
 
 
Buenos días ¡Aleluya!, hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
 
“EL ESPÍRITU ESTÁ SOBRE MÍ PORQUE ÉL ME HA UNGIDO”
 
Con la Resurrección de Jesucristo, muchas cosas han cambiado. Esta Pascua, no es como la del año pasado o la de otros años. Esta Pascua es única, como Único es el Espíritu Santo que, hizo posible la Resurrección de Jesús. El Espíritu Santo, nunca se repite. Sus frutos, siempre traen vida nueva a nuestra vida diaria. 
 
Y me preguntaréis ¿y en qué notas que esto es así?: Pues, lo que percibo primero, es que mi día a día Pascual me trae pequeño regalos de gracias que yo no podría darme a mí misma.
 
El levantar el corazón a Dios en un momento preciso en el que se me invita a gritar en el corazón: ¡Gracias Señor, porque has resucitado y necesito cantar una y otra vez, ¡Aleluya! ¡Aleluya!; O, sentir que mi alma rebosa de amor y querría transmitirlo a cada hermana y en ellas a todos los hombres. En un ímpetu, me lanzaría hacia cada una y le diría: “¡Te quiero, te quiero en el Espíritu Santo que es Amor!”
 
Pero, hay una gracia en el corazón, en donde veo un fruto maduro del Espíritu Santo. Me explicaré con un ejemplo: Íbamos todas, de la capilla a la iglesia, para hacer la bendición de la obra de restauración del retablo y una hermana me dijo: “Ponte la capita blanca porque en la Iglesia hace frío”. Y yo, sin pensarlo, obedecí. 
 
Después, en la oración, me daba cuenta de que, esta docilidad en obedecer sin cuestionar o con inútiles indagaciones, no puede ser más que fruto del Espíritu Santo que, es dócil, suave y blando. 
 
Pensaba que, solemos objetar con nuestro “yo” los mandatos buenos de los hermanos: “Pues seguro que exageras” o “¿Por qué tengo que obedecerte?”, y pasar de largo.
Porque, cuando me desplazo yo y pongo la voz de un hermano o la voz de Dios en mi obrar, vivo en la voluntad divina que, es suave y amorosa, cuando los oídos están limpios de otro deseo que no sea “agradable en todo”.
 
El Espíritu Santo, inundó a Jesús como una catarata cuando resucitó, porque Él, estaba ungido por Él,  desde siempre. Y, este desborde de gracias, cayó a borbotones sobre su Iglesia y cada uno de sus miembros, ¡sobre ti y sobre mí!
 
Hoy, en el reto del amor, te invito en la oración a bucear, buscando en nuestro espíritu, algún fruto de la Resurrección, alguna moción del Espíritu Santo que, me ha llevado a vivir de su gracia y de su Amor y por tanto, me ha dejado un rastro de alegría y paz únicos.
 
VIVE DE CRISTO.
 
¡Feliz día!
 
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)

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