Lerma, 12 de diciembre
Hola, buenos días, hoy Celia nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
SOMOS IGLESIA
Ayer tuvimos Exposición del Santísimo, fue precioso. Le ponen en una custodia muy bonita, en alto para que todos le veamos, con una luz alumbrándole sólo a Él y rodeado de incienso. También había tres velas a cada lado. En mi lado, una de las velas tenía una mecha enorme, alta, titilante. En cambio, la de al lado tenía una mecha pequeñita, pequeñita, pequeñita.
Se me pasó por la cabeza que la podrían cambiar porque casi no daba luz pero, mirando a Cristo y las velas alumbrándole, pude ver la Iglesia. Vi en la vela con la mecha grande a los grandes santos y santas que nos han precedido a lo largo de la Historia, y, en la vela pequeña, vi a los que todavía estamos en proceso, pero queremos llegar a serlo.
Ambas tenían la luz de Cristo y le estaban alumbrando, manifestando que estaba presente en ese mismo momento. Las dos tenían que estar ahí; si hubiésemos quitado la que tenía mecha pequeña, habría faltado algo.
Cristo es la cabeza de la Iglesia, la luz primera, y nosotros, las velas, somos su cuerpo. No se puede eliminar una mano porque tenga un lunar en diferente sitio que la otra; sigue siendo una mano. Todos nosotros somos Iglesia, llevamos dentro de nosotros a Cristo, Él nos da su luz para nosotros poder alumbrar con esa luz.
Él es la parte mas importante, sin la cabeza, no existimos. Dependemos de Cristo, pero Él necesita de un cuerpo. No puede prescindir de esa mano... ¡no puede prescindir de ti!
Hoy el reto es dar gracias por la Iglesia que tenemos, por todos los que pertenecemos a ella, por cada una de las diferentes realidades que la componen. Todos somos necesarios y somos amados por Él, ésa es nuestra alegría.
VIVE DE CRISTO
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