Decía Juan a la gente que acudía a él para recibir el bautismo: “¡Raza de víboras!, ¿quién os ha dicho que vais a libraros del terrible castigo que se acerca? Demostrad con vuestros actos que os habéis convertido a Dios y no os digáis a vosotros mismos: ‘Nosotros somos descendientes de Abraham’, porque os aseguro que incluso de estas piedras puede Dios sacar descendientes a Abraham. Además, el hacha ya está lista para cortar de raíz los árboles. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.” (Lc 3, 7-9)
La predicación de Juan era dura. No es sencillo aceptar que nos digan esas cosas hoy en día, pero no hemos cambiado mucho.
Juan el Bautista nos pide dar a cada cual lo que merece y repartir los bienes que nos sobran entre quienes necesitan de ellos. En dos palabras, nos pide ser justos y misericordiosos. Lo bonito del Evangelio es que liga estos dones con el Espíritu Santo. Sólo su recibimos el don de ser justos y misericordiosos por la Gracia de Dios. Con nuestras fuerzas e ideologías humanas, la justicia se convierte en leyes maleables y la misericordia en complicidad humana. Pero además, el Espíritu Santo nos bautiza con fuego:
El bautismo con que Jesús bautiza es por “el Espíritu y el fuego”. Si eres santo, serás bautizado con Espíritu Santo; si eres pecador, serás echado al fuego. El mismo bautismo se hará condena de fuego para los pecadores indignos. Pero los santos, aquellos que se convierten al Señor con una fe perfecta, recibirán la gracia del Espíritu Santo y la salvación.
Así, pues, aquel que bautiza con Espíritu Santo y fuego “tiene en su mano la herramienta para aventar su parva y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga” (Lc 3,1617). Quisiera revelar porqué el Señor tiene en su mano la herramienta de aventar y de qué soplo se trata al aventar la parva, mientras que el trigo, de más peso, se acumula en un solo lugar, porque, si no sopla el viento no se puede separar la parva del trigo.
Creo que el viento son las tentaciones, que en el conjunto de los fieles revela lo que es parva y lo que es trigo. Porque, cuando vuestra alma ha sido dominada por la tentación, no es que la tentación haya cambiado vuestra alma de trigo en parva, sino porque ya erais parva, es decir, personas livianas y sin fe. La tentación no ha hecho más que desvelar vuestra naturaleza escondida. Orígenes. Homilías sobre San Lucas. 26, 3-5)
Cuando retorne Cristo al mundo ¿Cuánta fe encontrará? No cabe duda que no toda la que pudiera parecer a primera vista. El cristianismo socio-cultural nos lleva a ser católicos de apariencias y grupito social. La herramienta que Cristo usa para aventar el trigo cortado son las tentaciones y según nos comportemos, seremos paja o trigo. La paja irá al horno que cocerá el pan. Pan hecho de moler el trigo molido, levadura, agua y sal.
Trigo molido que es el testimonio de quienes sufren por su fe y son rechazados y perseguidos. Levadura, que es la acción del Espíritu Santo para transformar la masa de trigo en pan. Agua, que son los sacramentos. Sacramentos que dan cohesión y coherencia a al vida del cristiano. Sal, que sirve para dar sabor al pan. Sal que es el testimonio que dan los cristianos.
Quiera el Señor darnos valor y fidelidad para ser trigo hasta el final.