CREO EN DIOS PADRE TODOPODEROSO CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA
Todos los hombres de todos los tiempos han visto lógico que exista Dios. No deja de ser chocante que haya hombres que se admiren cuando se descubren algunos secretos de la naturaleza, y no se admiren de que todos esos descubrimientos lo que hacen es mostrar lo que está puesto por Dios en la naturaleza desde hace millones de años. Por eso se habla de “descubrimiento” de lo que hay en la naturaleza y de sus leyes, no de creación de algo que no existía. Sencillamente se encuentra uno con algo que estaba ahí pero que no se conocía.
En el tema anterior hemos visto que Dios es uno y trino. Pero ahora queremos pedirle a Jesús que nos hable del Padre. Si le preguntamos a Jesús cómo es Dios, lo primero que nos dice es que Dios es “su Padre”. Y nos dirá también que es "nuestro Padre".
Y si es Padre de todos, todos somos hermanos; hermanos de Jesús y hermanos entre nosotros.
UN EJEMPLO DE LOS HIJOS ADOPTIVOS
(El rey que adopta a niños como hijos)
Había un rey que tenía un solo hijo. Un buen día encontró a muchos Niños abandonados de sus padres; vio que pasaban hambre y frío, que nadie los quería, que todos abusaban de ellos. Y se dijo: voy a adoptarlos como hijos y que vivan aquí con mi hijo como hermanos. Así su hijo tendría muchos hermanos con los que compartiría todo.
A partir de ese momento, su hijo estuvo muy contento de tener tantos hermanos a los que quería mucho. Así es como su familia que era de un solo hijo, empezó a ser una familia también de hermanos.
Cuando creó al hombre lo creó como hijo suyo; por eso llamamos a Dios nuestro Padre ya que, al crearnos como hijos, nos ha creado a imagen de su único Hijo, Jesús. Nos amó como hijos desde el principio cuando nos creó, y nos sigue amando como hijos a pesar de nuestros pecados.
Y para nosotros, sus hijos, creó todas las cosas. Sólo Dios puede crear. Todos los bienes de la tierra han sido creados por Dios para todos los hombres, sus hijos; por tanto es un deber de todos compartir como comparten los hermanos.
3) CHARLANDO CON JESÚS
Niño: Jesús, ¿cómo es Dios, nuestro Padre?
Jesús: Yo nunca he dicho "nuestro Padre". Siempre he dicho "mi Padre y vuestro Padre".
Niño: Pero si es mi Padre y tu Padre, es nuestro Padre, digo yo.
Jesús: Cierto que es mi Padre y tu Padre; pero lo es de manera distinta.
Niño: A ver, a ver, explícamelo porque no lo veo claro.
Jesús: Yo soy el Hijo Único, engendrado por el Padre desde toda la eternidad. Vosotros sois hijos porque el Padre os ha hecho el regalo de la vida divina uniéndoos a mí, algo así como un injerto que se pone en un árbol y empieza a vivir de la savia del árbol. Ya sabes que en el bautismo mi Padre empieza a ser también vuestro Padre y os ama con el mismo amor de padre con que me ama a mí.
Y, contestando a tu pregunta sobre cómo es mi Padre, te digo que el Padre es como yo. Ya verás cómo, a medida que hablemos, me irás conociendo un poco mejor. Y, al conocerme más, conocerás mejor al Padre. Hay quien, al no hablar nunca conmigo, ni me conoce a mí ni conoce a mi Padre.
A medida que me vayas conociendo, piensa: “el Padre es como mi amigo Jesús”. Verás que os quiero mucho, que acojo a todos, especialmente a los pecadores y a los niños, que tengo compasión de los pobres y de los que sufren; pues piensa: así es mi Padre Dios.
Sólo yo le conozco bien, sólo yo sé lo maravilloso que es. Yo os he dicho cómo es mi Padre pero, además, os he dicho que todos le podéis llamar padre porque os ha querido hacer hijos conmigo que soy su Hijo único.
Si quieres que te diga en cuatro palabras cómo es el Padre, te diré que os quiere con locura a todos los hombres; por tanto, a ti también: pero con un amor que nadie puede imaginar.
Niño: Y ¿cómo puedo saber que me quiere tanto?
Jesús: Las personas que te quieren te suelen hacer algunos regalos ¿no? Pues piensa en algunos regalos que te ha hecho el Padre y verás si te quiere mucho o poco.
Niño: ¿Qué regalos me ha hecho?
Jesús: Casi nada. Te ha regalado la vida, la salud, la inteligencia, todas las cualidades que tienes; te las ha regalado y te las conserva; no son tuyas, y las puedes perder en cualquier momento.
Te ha regalado a tus padres, a tus familiares, a tus amigos.
Pero, lo más grande que te ha regalado ha sido a su Hijo Único que soy yo, para que te hiciese hijo suyo como yo. Fíjate si te quiere, que te ha hecho mi hermano; y yo te quiero como hermano mío que eres.
Y mira si te quiero yo también, que he dado mi vida en la cruz por ti y por todos los hombres, mis hermanos. Incluso te he regalado a mi madre para que fuese madre tuya y de todos los hombres.
El Padre quiere que te quiera y quiere que me quieras. Ya te iré explicando cómo te he querido y cómo te quiero.
¿Sabes qué otro regalo te ha hecho? Te ha regalado, además, el Espíritu Santo para que te ayude a querer al Padre, a quererme a mí y a querer a todos los hombres.
Niño: Es verdad, Jesús. Apenas he pensado en todo esto que me estás diciendo. Gracias por quererme tanto.
Niño: ¿Por qué decimos que Dios es todopoderoso? ¿Es lo mismo que decir que es omnipotente?
Jesús: Sí, es lo mismo. Dios es todopoderoso porque puede hacer todo lo que puede ser hecho. Nada puede vencer el poder de Dios. Fíjate cómo yo hice milagros, curando enfermos, resucitando muertos, calmando las tempestades... Pues eso y más, puede hacer y ha hecho Dios. Pero ¿sabes cómo me gusta que veáis el poder o la omnipotencia de Dios?
Niño: En la creación del mundo.
Jesús: Ciertamente, la creación es una manifestación muy importante del poder de Dios, pero me gusta más que veáis su poder en la fuerza de su amor misericordioso. Ya te lo iré explicando poco a poco. Fíjate que después del pecado de los hombres, el Padre no os abandonó a vuestra suerte, sino que decidió que yo, su Hijo Unigénito, me hiciese hombre y diese mi vida por vosotros en la cruz. Así ha amado Dios a los hombres.
Niño: Y ¿para qué ha creado Dios el mundo?
Jesús: Es bonita la creación ¿no? El firmamento, el mar, los árboles, los animales... todo es maravilloso, y también es un regalo del Padre a los hombres. Y os lo ha regalado para que el mundo entero fuese la casa donde habitasen todos los hombres como hermanos.
Si un padre construye un hermoso palacio para sus hijos, ¿qué crees que tiene más valor para el padre, el palacio o los hijos?
Niño: Muchísimo más los hijos.
Jesús: ¿Crees que también para el padre tiene más valor uno solo de sus hijos que el palacio construido?
Niño: Claro que sí.
Jesús: Pues recuerda bien esto: Para tu Padre Dios tiene muchísimo más valor cualquier hombre, que toda la creación entera; porque cualquier hombre ha sido creado a su imagen y semejanza. Cualquier hombre, aunque esté enfermo, aunque sea anciano, aunque todavía no haya nacido, aunque sea pobre, es amado por el Padre Dios muchísimo más que todas las cosas del mundo. Y, cuanto más pobre y desgraciado es uno, más cerca de él está el Padre Dios. También los padres de este mundo están más cerca de los hijos que más sufren ¿no?
Niño: Sí, es cierto. Otra pregunta: Los otros dioses ¿qué han creado?
Jesús: No existen otros dioses; por tanto no pueden haber creado nada. Todo lo que existe fuera de Dios, ha sido creado por el único Dios que existe, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Niño: Y los ángeles ¿qué han creado?
Jesús: Nada. Sólo Dios puede crear. Ellos también han sido creados por Dios.
Niño: Y los demonios ¿también han sido creados por Dios?
Jesús: También. Los demonios son ángeles que pecaron y fueron condenados al infierno. Ahora tientan a los hombres.
Niño: ¡Anda! Pues eres muy importante, Jesús. Nada menos que el Hijo de Dios, y eres Dios como el Padre y el Espíritu Santo.
Gracias, Padre, por todas las cosas buenas que me has dado.
Gracias por la vida, y por mis padres, y por tantas personas que me quieren.
Gracias, sobre todo, por tu Hijo Jesús a quien has entregado a la muerte por nosotros.
Gracias por habernos dado tu Espíritu para que nos enseñe y nos ayude a amarte.
Gracias por la Virgen, Madre de Jesús y que Jesús nos la dio como madre.
Gracias por todo, Señor. Gracias.
¡Qué bonito es saber que nos quieres con locura!
Sabemos que deseas siempre lo mejor para nosotros.
Sabemos que todo lo puedes; cámbianos por dentro,
Señor, para que seamos tus amigos más amigos.
José Gea