- «¿Tú sabías que, durante la República, en el Ateneo de Madrid, se sometió a votación la existencia de Dios? ¡Qué estupidez! Y ganó Dios por un voto...»
Menor estupidez sería, aunque no dejaría de ser una estupidez, que se pusiera a votación, por ejemplo, la existencia del sol.
Aunque los hombres hubieran votado su no existencia, el sol continuaría luciendo en el cielo y calentando sus espaldas.
El Tribunal Supremo de los EE.UU. decidió, en una ocasión, que: «Los negros no eran seres humanos.» Grave error.
A. Frank escribe:
- «Una tontería dicha por treinta y seis millones de bocas no deja de ser una tontería.»
Y el historiador británico Paul Johnson, católico, acaba de afirmar:
- «La gente piensa, equivocadamente, que lo que hace la mayoría es lo correcto. Esto constituye un gravísimo error.»
Y es que la mayoría, los votos, nunca podrán convertir:
- En honesta... la deshonestidad;
- El vicio en virtud;
- La mentira en verdad;
- Un acto intrínsecamente malo en bueno;
- Los actos injustos... en justos.
Alimbau, J.M. (1998). Palabras para momentos difíciles. Barcelona: Ediciones STJ.