Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 29
Debe la sociedad andaluza agradecer la iniciativa de las autoridades autonómicas actuales el plan para erradicar las bolsas de plástico de mercados y comercios, antes de su decretada desaparición para el año 21. Toda actuación encaminada a mantener y luchar por el medio ambiente siempre será poca ante la necesidad que vive el planeta donde habitamos.
Aunque nos veamos sin bolsas de plastiquillo, sin embargo, el término bolsa nunca podrá ser desterrado de nuestra vida y menos del vocabulario popular. Cáritas regional acaba de presentar el informe Foessa, donde aparecen estas bolsas: advierten que 1,5 millones de andaluces viven en situación de exclusión. La recuperación económica no alcanza los niveles previos a las crisis. El empleo ya no garantiza unas condiciones dignas de vida. La precariedad y la inestabilidad laboral crea trabajadores pobres. El 85% de las personas en exclusión residen en barrios en buenas condiciones. Por lo tanto, las bolsas sociales nos acompañan.
Otro tipo de bolsa, en los tiempos electorales donde llevamos instalados cuatro años, está llena del voto cautivo, comprado, prometido, que estabula la voluntad y la libertad soberana de los electores, a quienes nos toman por tontos llegando a prometernos hasta la misma Luna, que tan lejana queda y tan caros son los viajes que se organizan para la década entrante.
No han desaparecido las bolsas de la ignorancia, del analfabetismo, de la falta de educación…fruto de un sistema escolar completamente anárquico, chauvinista, localista, aldeano, donde se premia el conocimiento del medio en que está el centro educativo situado, antes que el saber global y enciclopédico, que evitaría la circulación de indocumentados por todas partes. A pesar de los intercambios de alumnos con centros extranjeros, o errantes alumnos erasmistas por las tierras europeas. Eso sí siempre subvencionados al completo.
Otra gran bolsa esta hasta la boca de las asas, llena de la ignorancia religiosa personal y familiar, que se extiende como una mancha de aceite con el paso de los meses. Es cierto que quienes están pegados a una cofradía, o movimiento apostólico, no han perdido el barniz exterior de sus conductas cristianas. Pero el resto de ciudadanos están viviendo en una carencia absoluta de valores morales, anclados en lo que recuerdan de sus tiempos mozos, cuando hicieron los sacramentos de la iniciación cristiana, y después si te vi, no me acuerdo.
En la diócesis de Jaén se ha organizado la Feria de la Fe a celebrar el 19 de octubre, en el recinto de Ifeja, como final de la Misión de este año y puente para la asamblea de laicos españoles a tener lugar el próximo año. Se ha previsto toda una infraestructura organizativa de gran alcance y contenido. Puede asistir todo el Pueblo de Dios, que dividido por edades dispondrá de juegos, espectáculos musicales representados por autores cristianos y cerrará la jornada la Misa de clausura, a tener lugar en el mismo complejo.
Esta es una gran bolsa, es una fuerte red, lo que se pretende es que nadie se vaya, entre quien lo desee, y permanezca dentro quien lleva tiempo esforzándose por ser un buen hijo de Dios, dentro de la Iglesia Católica. Por lo tanto, acudamos a la Feria con bolsa y llenémosla de Fe.
Tomás de la Torre Lendínez