Acabados los ecos que durante estos días hemos vivido sobre el Sínodo de los Obispos, quiero expresaros mi opinión positiva. Se han ratificado la totalidad de los principios de la Iglesia. Hay un punto que con el texto en la mano, no ha sido movido tampoco. Pueden quedar dudas sobre la intención de los que lo redactado.
   Queda claro que el matrimonio cristiano no hay gradualidad. No se acepta por etapas. Poco a poco. Es un camino en progresión del mismo don. El sacramento se vive en integridad de don. El don puede intensificarse día a día. Se rechazan los anticonceptivos y el aborto.
   Se habla de la paternidad responsable que tiene una formación conforme a la verdad del ser humano; ella es el santuario de las decisiones en la presencia de Dios. “La elección de la paternidad responsable  presupone la formación de la conciencia, que es
   Otro punto importante era el matrimonio entre personas que tienen AMS (Atracción al mismo Sexo). El texto no deja lugar a dudas. Es imposible que esa realidad pueda compararse con el matrimonio. El matrimonio es un estado en que se puede ser madre. En los casos de AMS es imposible. “En cuanto a las propuestas para equiparar al matrimonio las uniones entre personas homosexuales,
   Sobre los divorciados vueltos a casar por lo civil, ¿qué dice el texto?
   1º No menciona no menciona ni la Comunión ni la confesión de estas personas al final del discernimiento personal.
   2º Dice abiertamente que el acompañamiento por un sacerdote y el Obispo para que tengan una conciencia recta en ordena una mayor integración en la Comunidad eclesial debe ser según la enseñanza de la Iglesia.
3º El criterio integral es el Juan Pablo II en la Familiaris Consortio nº 84. “San Juan Pablo II ha ofrecido un criterio integral que ha permanecido como base para la valoración de esas situaciones: (Documeto, 85)
    Aún así este número 85 tuvo el rechazo de 70 padres sinodales. Se hubieran resuelto las dudas si, como pedían bastantes asistentes se hubieran copiado también los párrafos siguientes des la Familiaris Consortio: “La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura refirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían sometidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia  sobre la indisolubilidad del matrimonio”