H. Rafael Gutiérrez Revuelto, S. I.
 (Almodóvar del Río, Córdoba, 14.03.1928– Málaga, 10.09.2015)
 
Sacristía de Sevilla, sacristía de Granada, parroquia de Jerez. En esas breves palabras se
resume mucho de lo que ha sido la vida de Rafael Gutiérrez Revuelto en la Compañía
de Jesús. Muchos años en cada uno de esos tres sitios. Muchos pequeños servicios en
cada una de esas tres casas. Muchas horas de abrir y cerrar la iglesia, de estar atento y
vigilar, de preparar ornamentos, cálices, bendiciones del Santísimo, altares, novenas,
belenes, candelabros, jarrones, flores; de  atender a quienes venían a encargar misas, o
a preguntar por uno u otro padre, o a hablar y comentar. Muchos buenos gestos de
paciencia, de sonrisa, para que quien viniese se sintiese acogido con agrado. Un buen
modo de acercar a las personas a Dios desde la sacristía, de predicar con pocas palabras.
 
En Jerez, en las horas en que estaba cerrada la parroquia a media mañana, se llegaba a las Esclavas, donde estaba expuesto el Santísimo. Allí hablaba con el Señor.
 
Rafael me entregó con ilusión unas fotos que  tenía guardadas del belén que él ponía en Sevilla, en la iglesia del Sagrado Corazón, en aquellos años en que mis hermanos y yo, de niños y jóvenes, íbamos allí a ayudar misas. Me explicaba cada imagen, cada ropaje, de dónde lo sacaba, cómo lo ponía. En esas fotos guardaba su afecto, sus recuerdos. Esa había sido la razón de su vida. Ahora tendrá el gozo de ver de cerca cómo esos recuerdos eran la alegría con que Dios acompañaba su ancianidad. En ellos estaba su servicio al Señor; allí estaba su vida.
 
Su salud fue empeorando, así como su sordera, lo que hizo necesario trasladarlo a la
enfermería provincial en 2012, donde ha mantenido una aceptable calidad de vida. A
partir del 22 de junio de 2014 se le observó un empeoramiento que se agudizó y obligó a ingresarlo en hospital el 27 de junio, pero salió de esa crisis, si bien desde entonces
necesitó la sillita de ruedas.
 
Hacia el 20 de septiembre de este año sufrió otra crisis y otro ingreso, pero ya no se
recuperó sino que volvió a casa para morir.
 
Guillermo Rodríguez-Izquierdo S.J.
Sevilla, 11.09.2015
Descanse en paz