No recuerdo exactamente la fecha pero debió de ser un mes de junio, del año 1992 o 1993, lo recuerdo de manera aproximada porque, por aquel entonces, nos acompañaba mi suegra y llevaba unos dos años de novio con mi mujer. El caso es que nos encontrábamos participando, tras la eucaristía, en la procesión de Corpus Christi en Madrid, al poco de iniciada la procesión, a la altura del número 8 de la calle Bailén, se incorporó un grupo de jóvenes que portaban una bandera nacional (nacional de España, he de aclarar, con los tiempos que corren), se organizó un gran revuelo, con empujones incluidos, entre una persona, ciertamente exaltada, que al grito de “¡aquí no queremos política!” trato de arrebatar la bandera al joven que la llevaba. Inmediatamente otros participantes en la procesión forcejearon, unos a favor otros en contra, hasta que en poco menos de un minuto cada uno siguió su camino y el joven, con su bandera, prosiguió tras del Señor-Eucaristía.

 
 
No entendí tanto revuelo, ¡la verdad!, durante la consagración una banda militar toco el himno nacional (de España, he de volver a aclarar) y además se hallaban presentes representantes del ayuntamiento de Madrid, con su alcalde a la cabeza, y algunos políticos.
 
El “exaltado” que se “tiró” a quitar la bandera no era otro que Don Miguel Herrero de Miñón, que en un ataque, sin duda, de purismo religioso trataba de evitar cualquier malentendido entre lo nacional y lo católico. Los peores pensados, en cambio, opinaron que se trataba del eterno complejo de la derecha que trataba evitar, a toda costa, que si quiera a alguno se le pasase por la cabeza la posibilidad de llamarle “facha”.
No tengo nada contra Don Miguel, padre de la Constitución, insigne jurista, que ha sido, a parte de sus cargos políticos, consejero del Banco Exterior de España, vicepresidente de la Comisión Jurídica de la Asamblea Consultiva del Consejo de Europa (19791982) y vicepresidente de la Comisión Política de la Asamblea del Atlántico Norte, órgano del que formó parte de 1983 a 1993. Por otra parte fue miembro de la Comisión Trilateral y Premio Sabino Arana del año 1998.
 
En la actualidad, y tras abandonar su militancia en el PP, es miembro permanente del Consejo de Estado.
 
Hoy el Consejo de Estado ha hecho publico un informe, cuyo ponente es D. Miguel Herrero de Miñón, en el que se señala la constitucionalidad de la “Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y Salud Sexual y Reproductiva”, que el Ejecutivo pretende aprobar, así como la constitucionalidad de la decisión de las menores a elegir destruir la vida del niño que llevan en su vientre sin el consentimiento paternos, eso si … informando, de algún modo, a sus padres, mas que nada para que no se “mosqueen” con el post-operatorio, no vayan a pensar que su hija estuvo de botellón (cuestión esta mucho mas grave que la simple eliminación de una vida humana resultante de una noche loca, hacerse responsable de esa vida, reconozcámoslo, no es progresista).
 
Si ven algún cristiano, político bienintencionado o simplemente persona bien parecida cuya máxima preocupación es que no le tilden de “facha”, reaccionario, integrista, ultracatólico o ultramontano… no las tengan todas consigo y no se fíen un pelo de este tipo de héroes...
 
Recuerdo cierta pintada que me llamó la atención, allá en mis años universitarios (desconozco la autoria de la frase, algún culto lector nos lo dirá)
 
“Vive como piensas, o terminaras pensando como vives”
 
Esto es verdad como la vida misma.

 

Germán Menéndez