Se llama Jorge. Es un joven médico. Trabaja con enfermos de sida y con sus familiares. Él suele decir que el enfermo y los familiares del enfermo necesitan un «apoyo a tope», un «apoyo total». Afirma:
- «Si consigues estar allí, junto al enfermo, con tu presencia, cuando te necesita...
- »Si consigues que no se derrumbe...
- »Si consigues que te vea a su lado, que le coges la mano, aunque no profieras palabra alguna... le salvas la vida.»
Y el joven médico añade: «No olvidemos que el sufrimiento, el dolor, es siempre puntual. No tiene horarios. Hará acto de presencia en cualquier momento, tarde o temprano. Y tú debes estar a punto. Debes estar allí...»
El gran poeta francés, convertido al catolicismo, Paul Claudel ha escrito:
- «La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.»
Y es que quien sabe dar lo mejor de lo que hay en él, en su interior, al otro, esto es amor, esto es amar...
Como decía Santa Teresa de Lisieux:
- «Amar es, en primer lugar, querer, y no siempre sentir.»
Alimbau, J.M. (1998). Palabras para momentos difíciles. Barcelona: Ediciones STJ.