Una foto sobrecogedora de La Mare de Déu dels Desamparats
El tomo V de Historia de la Cruzada española recoge esta foto impresionante del martirio que sufrió la imagen venerada por los valencianos. En la página 498, a pie de foto, puede leerse “Nuestra Señora de los Desamparados, Patrona de Valencia; mutilada”.
El 21 de julio de 1936, era alcalde de Valencia, José Cano Coloma, joven abogado, de Izquierda Republicana. Él es el principal protagonista de la salvación de la Virgen de los Desamparados. Por Radio Valencia, Cano emite un discurso llamando a la cordura y haciéndoles ver “que ésa sería una vergüenza que pesaría toda la vida sobre Valencia”. Así pues, la talla se salvó gracias a la decidida y rápida intervención del alcalde que ordenó a una compañía montada de la Guardia Civil, desalojara del templo a quienes lo habían asaltado con ánimo de destruirlo. Esto facilitó que los Bomberos de Valencia, ayudados por algunos paisanos, salvaran la imagen, que, no obstante, resultó dañada en su rostro, al estalla por efectos del calor y algunos tiros su carilla de porcelana.
El siervo de Dios Julio Cabanes Andrés
Según se sabe, uno de los milicianos empeñados en localizar la imagen para destruirla, detuvo al prior de la Real Cofradía de la Virgen y canónigo de la Catedral, Julio Cabanes, al que sometieron a torturas para que dijera dónde había sido ocultada la histórica talla mariana. No consiguieron arrancarle ningún dato, guardó silencio, y lo asesinaron en la madrugada del 9 de diciembre de 1936. También él, con su silencio y sacrificio, hizo posible que se salvara la venerada y preciada imagen de la Mare de Déu dels Desamparats. Su nombre está en la lista de los 250 mártires valencianos del proceso abierto en 2004.
Según se sabe, uno de los milicianos empeñados en localizar la imagen para destruirla, detuvo al prior de la Real Cofradía de la Virgen y canónigo de la Catedral, Julio Cabanes, al que sometieron a torturas para que dijera dónde había sido ocultada la histórica talla mariana. No consiguieron arrancarle ningún dato, guardó silencio, y lo asesinaron en la madrugada del 9 de diciembre de 1936. También él, con su silencio y sacrificio, hizo posible que se salvara la venerada y preciada imagen de la Mare de Déu dels Desamparats. Su nombre está en la lista de los 250 mártires valencianos del proceso abierto en 2004.
Carlos Saénz de Tejada en la página 495 del tomo V de Historia de la Cruzada española hace esta recreación de lo sucedido, con el siguiente comentario: “Uno de los asaltantes golpea la imagen con un candelabro y otro dispara tres tiros contra el divino rostro, deteriorando su mejilla derecha”.
El rescate de la Virgen de los Desamparados en 1936
Muy interesante la publicación en 2012 del libro escrito por los hermanos Manuel y Carlos Sevilla Corella. Los descendientes del teniente Sevilla han estado buscando en los últimos años las pruebas documentales que confirmaran su participación en el traslado del tesoro y la imagen de la Virgen de los Desamparados, tal y como él mismo les había contado. Tras una intensa búsqueda, el hallazgo de la declaración jurada que el guardia civil realizó ante un tribunal militar -y que fue dado como "hecho probado" por el propio fiscal del proceso- "aporta una nueva fuente de información para clarificar" esta historia.
En la contraportada se lee:
«Al medio día del 21 de julio de 1936 se incendiaron la Catedral de Valencia y el adjunto templo de la Virgen de los Desamparados, sucesivamente. Estos hechos se enmarcan en los graves desórdenes sociales y políticos que desembocaron en la Guerra Civil Española. A las dos de la tarde del mismo día 21, irrumpieron en la plaza de la Virgen dos secciones de la Guardia Civil a caballo mandadas por el teniente Luis Sevilla Alonso. Estos guardias pusieron orden en la zona, rescataron el tesoro de la Virgen, lo entregaron bajo acta notarial en la depositaría del Ayuntamiento y rescataron y aseguraron la custodia de la imagen de la Virgen.
A partir de 1984, casi cincuenta años después, han ido apareciendo toda una sarta de publicaciones de recuerdos y memorias con poco fundamento, que dan varias versiones diferentes y que tergiversan la verdadera historia de los acontecimientos del rescate de la Virgen y sus alhajas. El presente texto ofrece una revisión crítica de lo publicado y aporta unos nuevos documentos que permitirán reorientar con rigor el trabajo de los historiadores».
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