Una viñeta
Desde Francia me hacen llegar esta ingeniosa viñeta de la caricaturista francesa Chard, que acaba de publicar en el diario PRESENT: la resistencia de los chinos católicos contra el poder comunista. Un joven chino ha cortado el mango de una hoz y de un martillo para realizar una cruz. ¡Referencia al crucifijo blasfemo que Evo Morales dio al Papa Francisco!
Nuestro mártires, como tantos ¡¡¡millones!!! de personas fueron asediados, perseguidos, martirizados en nombre del comunismo ateo. El 19 de marzo de 1937 publicó Pío XI la encíclica Divini Redemptoris “sobre el comunismo ateo”. El punto 20 estaba dedicado íntegramente a lo que titulaba “horrores del comunismo en España”. Reconocía particularidad gravedad en la destrucción de las cosas sagradas y en la persecución contra los seglares:
“También en las regiones en que, como en nuestra queridísima España, el azote comunista no ha tenido tiempo todavía para hacer sentir todos los efectos de sus teorías, se ha desencadenado, sin embargo, como para desquitarse, con una violencia más furibunda. No se ha limitado a derribar alguna que otra iglesia, algún que otro convento, sino que, cuando le ha sido posible, ha destruido todas las iglesias, todos los conventos e incluso todo vestigio de la religión cristiana, sin reparar en el valor artístico y científico de los monumentos religiosos.
El furor comunista no se ha limitado a matar a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a aquellos y a aquellas que precisamente trabajan con mayor celo con los pobres y los obreros, sino que, además, ha matado a un gran número de seglares de toda clase y condición, asesinados aún hoy día en masa, por el mero hecho de ser cristianos o al menos contrarios al ateísmo comunista. Y esta destrucción tan espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jamás se hubieran creído posibles en nuestro siglo. Ningún individuo que tenga buen juicio, ningún hombre de Estado consciente de su responsabilidad pública, puede dejar de temblar si piensa que lo que hoy sucede en España tal vez podrá repetirse mañana en otras naciones civilizadas”.
Y este fue un grave episodio, entre lo que ya había sucedido y lo que estaba por suceder. O tal vez, podemos decir lo que sigue sucediendo en países de ideología leninista y estalinista.
Un libro
El pasado 9 de julio fallecía don Pedro Arganda Martínez. Junto a su hermano Adolfo habían conocido de niños al beato Saturnino Ortega Montealegre. De hecho, de cara a las beatificaciones de 2007, me ofreció que publicásemos una biografía, escrita por él, sobre el mártir en la colección de la Editorial EDIBESA, que estábamos proyectando con el padre José Antonio Puche.
El libro se tituló: El arcipreste mártir de Talavera: vida, obra y martirio del beato Saturnino Ortega. Os lo recomiendo en este día, en el que don Saturnino sufrió su muerte martirial.
Os dejo los enlaces de otros post publicados años atrás:
Desde Francia me hacen llegar esta ingeniosa viñeta de la caricaturista francesa Chard, que acaba de publicar en el diario PRESENT: la resistencia de los chinos católicos contra el poder comunista. Un joven chino ha cortado el mango de una hoz y de un martillo para realizar una cruz. ¡Referencia al crucifijo blasfemo que Evo Morales dio al Papa Francisco!
Nuestro mártires, como tantos ¡¡¡millones!!! de personas fueron asediados, perseguidos, martirizados en nombre del comunismo ateo. El 19 de marzo de 1937 publicó Pío XI la encíclica Divini Redemptoris “sobre el comunismo ateo”. El punto 20 estaba dedicado íntegramente a lo que titulaba “horrores del comunismo en España”. Reconocía particularidad gravedad en la destrucción de las cosas sagradas y en la persecución contra los seglares:
“También en las regiones en que, como en nuestra queridísima España, el azote comunista no ha tenido tiempo todavía para hacer sentir todos los efectos de sus teorías, se ha desencadenado, sin embargo, como para desquitarse, con una violencia más furibunda. No se ha limitado a derribar alguna que otra iglesia, algún que otro convento, sino que, cuando le ha sido posible, ha destruido todas las iglesias, todos los conventos e incluso todo vestigio de la religión cristiana, sin reparar en el valor artístico y científico de los monumentos religiosos.
El furor comunista no se ha limitado a matar a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a aquellos y a aquellas que precisamente trabajan con mayor celo con los pobres y los obreros, sino que, además, ha matado a un gran número de seglares de toda clase y condición, asesinados aún hoy día en masa, por el mero hecho de ser cristianos o al menos contrarios al ateísmo comunista. Y esta destrucción tan espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jamás se hubieran creído posibles en nuestro siglo. Ningún individuo que tenga buen juicio, ningún hombre de Estado consciente de su responsabilidad pública, puede dejar de temblar si piensa que lo que hoy sucede en España tal vez podrá repetirse mañana en otras naciones civilizadas”.
Y este fue un grave episodio, entre lo que ya había sucedido y lo que estaba por suceder. O tal vez, podemos decir lo que sigue sucediendo en países de ideología leninista y estalinista.
Un libro
El pasado 9 de julio fallecía don Pedro Arganda Martínez. Junto a su hermano Adolfo habían conocido de niños al beato Saturnino Ortega Montealegre. De hecho, de cara a las beatificaciones de 2007, me ofreció que publicásemos una biografía, escrita por él, sobre el mártir en la colección de la Editorial EDIBESA, que estábamos proyectando con el padre José Antonio Puche.
El libro se tituló: El arcipreste mártir de Talavera: vida, obra y martirio del beato Saturnino Ortega. Os lo recomiendo en este día, en el que don Saturnino sufrió su muerte martirial.
Os dejo los enlaces de otros post publicados años atrás: