La creencia musulmana, basada en el Corán, la Sunna y los hadices, sobre las 72 huríes, (jóvenes eternamente vírgenes y hermosas de grandes ojos negros, a pesar de copular continuamente), que son regaladas por Alá en el Paraíso a cada muyahidín -yihadista- que muere por la causa de Ala, sea como shahid –islamikaze-, o en combate contra los “infieles”, es tan fuerte, creída e interiorizada, que fascina a muchos seguidores de Muhammad y les hace engrosar las filas de los yihadistas.
Muchas esposas de los muyahidines del Estado Islámico sienten celos de las 72 huríes. Estas mujeres se unen en la Yihad, la guerra contra los infieles, como esposas y siervas sexuales de sus maridos y perpetran decapitaciones de mujeres infieles y controles sobre las mujeres musulmanas. A estas mujeres se les dice que después de la muerte se reunirán con sus maridos muertos en el Paraíso cuando ellos tengan las 72 huríes por barba, como dote divina.
Algunas de ellas lo han verbalizado, como Karima Umm Saad, que ha escrito un poema en el que admite sus delos de las huríes celestiales, temiendo que su marido en la vida terrenal puede olvidarse de ella ante tantas huríes, hermosas y vírgenes perpetuas.
El poema de Karima dice:
Yo estoy celosa de las huríes que te llaman, cada vez que vas a la batalla, estoy celosa de ellas, ya que podrías reunirte antes con ellas. Ellas se reunirán contigo, y tú te olvidarás de todo, la sangre sigue fluyendo del pecho.
Karima Umm Saad le dice a su marido que ella también sueña con una cita con él en el Paraíso, aunque ella no dice cómo va a lidiar con sus huríes.
El 20 de julio de 2015 Ubeida Shishan intentó disipar los temores de las esposas de los yihadistas muertos que piensan que estos podrían preferir a las bellas huríes, en lugar de ellas. Ubeida Shishan citó un hadiz, -dicho de Muhamad-: “Las mujeres y novias de los muyahidines del Estado Islámico no deben preocuparse porque en realidad ellas son más atractivas e interesantes que las huríes. Las huríes nunca han pasado por las dificultades y las pruebas que se acumulan a las hermanas en este mundo. Ni siquiera combatieron en el camino de Alá. […] ¡Las huríes nunca fueron calumniadas porque llevaban un hiyab, nunca se han encontrado con las dificultades de ser obedientes a sus maridos!”
Estado Islámico ha creado una narrativa romántica en la que los muyahidines que mueren combaten por Alá son representados como valientes guerreros que llevan a cabo los deseos de Alá, y ellos son apoyados por sus mujeres terrenales, mujeres devotas, cuya función divinamente ordenada es ayudar a sus maridos a lograr lo que Estado Islámico retrata como el noble objetivo de la muerte en la batalla, en la Yihad, en la guerra contra los infieles (judíos, cristianos y musulmanes que no comparten estas ideas o no apoyan la Yihad). Estado Islámico asegura a estas mujeres que se reunirán en el Paraíso con sus maridos.
“Nos reuniremos, Inshallah [si Alá quiere], sólo allí donde todo el dolor y la angustia han terminado, donde hay la eternidad y el placer de Alá. Este es el fin y el límite de cada uno de nuestros sueños”, dice la propaganda de Estado Islámico.
Para reforzar las adhesiones de aquellas mujeres yihadistas dubitativas, cuando quedan viudas, el Estado Islámico no les permite abandonar la organización ni regresar a sus hogares a menos que ellas abandonen a sus hijos, con el argumento de que “los niños son propiedad del Estado Islámico”.
NOTAS
Tracking Islamic State. Will My IS Militant Husband Prefer His Houris Over Me When He´s Dead? http://www.rferl.org/content/islamic-state-wives-jealous-of-militant-husbands-virgins-in-heaven/27154374.html