No se lo creerán, pero hay una relación entre el uso que se da a la tapa de un retrete y cómo debemos responder al don gratuito de la existencia que Dios nos ha dado.

Este domingo san Pablo nos volvía a interpelar de una forma, como siemrpe, apasionada y apasionante: 

"Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya".

Qué importante es reconocer la lógica del don. Por amor y de forma gratuita Dios nos crea para ser ´santos e irreprochables ante él por el amor´. Y en esa lógica, nuestra respuesta ha de ser también libre y por amor, para así responder al propósito de nuestra existencia.
 
Las cosas son lo que son no sólo por su esencia, sino por cómo responden -en su acción- a su potencia.
 
Lo digo en pedestre, que a veces ni yo me entiendo...
 
De la misma forma que la tapa del inodoro deja de ser tapa cuando no se usa para tapar (y qué manía tienen algunos en este asunto tan poco glamuroso), nosotros nos deshumanizamos cuando no actuamos con libertad para el amor.
 
Obvio. Reconocer la verdad de lo que somos es la vía más rápida para saber cómo debemos actuar. Y hacerlo con libertad y por amor.