Hay una canción que dice algo así como “ya no quiero seguir siendo el mismo, con los mismos problemas día tras día”. Es la constatación del estancamiento, que tan común nos resulta en nuestra vida cristiana.
Y el verdadero peligro de esta cuestión no radica en el estancamiento en sí, sino en la actitud frente al mismo. Verse estancado ya es un gran paso, pues significa que de algún modo analizamos la salud de nuestra alma y de su relación con Dios, nos cuestionamos sobre la misma, y apreciamos que ésta debería ir más allá, que tendría que crecer. Ahora bien, si la actitud es conformarse, y tomar las de “Virgencita Virgencita, que me quede como estoy”, han de sonar todas las alarmas.
Tomando prestada la jerga de “Star Wars”, podríamos decir que los cristianos aspiramos a ser Caballeros Jedi. Somos seguidores del lado luminoso de La Fuerza, es decir, de Dios. Somos capaces de sentir La Fuerza, de sentir a Dios y a su Espíritu Santo, y se nos entrena para comunicarnos e interaccionar con ella, o en este caso, con Él. Decía aquel personajillo verde, el maestro Yoda:
“Me juzgas por mi tamaño, y no deberías. Mi aliada es la Fuerza y una poderosa aliada es, de la vida es la creadora, crecer la hace, su energía nos rodea a todos y nos une, luminosos seres somos…”
Los Jedi, antes de alcanzar el rango de Caballero, pasan por una fase previa de aprendizaje, en la que son llamados “padawan”, discipulados por un maestro Jedi. Y durante la misma crecen, entre dificultades, durante largos años y siempre acompañados, hasta ser Caballeros.
Así pues, si seguimos con la analogía, ojalá despertemos a todo un ejército Jedi. Ojalá formemos con paciencia a decenas, a cientos de padawan. Ojalá nosotros mismos nos dejemos discipular para crecer, si nunca antes lo hemos hecho, o si estamos estancados. Y ojalá lleguemos todos a ser Caballeros y Damas Jedi. De entre ellos han de surgir los maestros, los líderes que guíen y entrenen a otros, y combatir así al reverso tenebroso.
No, ya no quiero seguir siendo el mismo. No quiero seguir siendo un padawan. No quiero conformarme. Quiero adquirir constancia y determinación en las artes Jedi: oración, vida sacramental, lectura de la Palabra. Combatir las debilidades, explotar los dones. Y recordando otra vez a nuestro viejo amigo verde, sin miedo:
“El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento…”
¡Yo quiero ser un Caballero Jedi!