Lerma, 4 de julio
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
CONFÍA
Ayer salimos todas juntas a dar un paseo. Hacía ya unos cuantos días que no iba a ver el invernadero, que ahora se ocupan de cuidarlo entre Israel y Joane.
La verdad es que lo tienen precioso y, paseando entre las mesas de cultivo, me quedé mirando una de ellas. Las mesas están a la altura de nuestra cintura. Cada una está dividida en ocho cuadrantes para poner separadas las distintas plantas.
Pues bien, de repente veo que en uno de los cuadrantes hay una planta totalmente desconocida, brotando con mucha fuerza. Les pregunto a las jardineras encargadas y me contestan que es mala hierba y que tienen que arrancarla. Sigo mirándolo y me parece imposible que sea mala hierba.
-Pero, ¿cómo ha llegado la semilla hasta ahí?
Y me dicen:
-Muy fácil: el viento la ha traído.
-¿Y sólo en este cuadrante?
-Sí; pero, tranquila, Lety, que es tan mala hierba, que no tiene raíces y se arranca muy bien.
Les dije que no lo veía nada claro, que había muchas contradicciones juntas y, por lo tanto, que no lo arrancasen. Que sigan regándolo y cuidándolo, y que con paciencia y el tiempo descubriremos qué es esa planta.
Hoy seguro que estás viviendo una situación en la que sientes que el control se te ha ido de las manos, en la que no sabes cómo comportarte, qué hacer exactamente. Te sientes inquieta porque te falta seguridad en lo que estás viviendo. Por un lado, ves vida, y, por otro, el no controlar cada detalle te lleva a exasperarte. Lo más difícil es no tener miedo a enfrentarte a lo que sientes, a mirar todo de frente.
Hoy Jesus te va a tender la mano, pero no va a dar voces: lo va a hacer a través de una persona que te quiere. Él sabe por la situación que estás pasando, y Él nunca te deja sola. A tu lado te ha puesto a alguien para que esa situación no la vivas sola, sino que la compartas y la viváis juntas. No tengas miedo, y, al mirar la mesa de cultivo, verás cómo todo está creciendo poco a poco. No sabes muy bien cómo, ya que tú lo único que haces es echar un poco de agua, pero Nuestro Dios es el que hace crecer las plantas. Ayer el Señor me llevo al invernadero para que las novicias no arrasaran con la planta desconocida.
Hoy el reto del amor es no arrasar con esa situación que te desconcierta, sino mirar a tu lado, ver a la persona que el Señor ha dejado junto a ti y juntas vivir. Haz la experiencia de compartir y verás cómo todo es mucho más fácil.
Los discípulos de Jesús, cuando no le entendían, se pasaban las caminatas hablando entre ellos, para ver si entre todos entendían un poco más. Pues tú y yo no somos distintos a los discípulos.
Que pases un feliz día. Y agarra fuerte la mano que Él te tiende en el día de hoy.
VIVE DE CRISTO
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