Año del Señor 2015
Lerma, 3 de julio
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿ANGELITO YO?
Pues sí, me ha tocado ser "angelito". Supongo que, por la época del año en que estamos y por los retos que me caracterizan... no sabrás de qué te estoy hablando.
La Iglesia estos días me pone esa misión: ser angelito. En el monasterio se le encomienda siempre a la última que ha entrado en una ocasión muy especial:
Y es que, estos días, una chica vendrá a vivir con nosotras una experiencia.
¿Que qué es eso? La palabra lo define muy bien: experiencia. Es una experiencia de 8 a 10 días que responde a una inquietud muy fuerte, incontrolable, que el Señor pone en el corazón a la persona y ésta siente un fuerte deseo de buscar, de no conformarse hasta saciar ese sentimiento que no viene de ella. Es una experiencia vivida dentro de clausura, con nosotras, pero, sobre todo, con el Señor. Es dar la oportunidad al Señor de que te muestre el propósito de tu vida, aquello que Él tiene preparado para tu felicidad, aquello que ha soñado para ti."Es en Cristo que descubrimos quiénes somos y para qué vivimos".
Y ahí entra el "angelito" por ser la ultima que lo ha vivido. La última que se preguntaba dónde estaban las luces, cómo ir al refectorio, qué páginas del breviario hay que abrir, dónde hay clinex o una aspirina, cómo se recogen los platos... Y el recuerdo de haber tenido siempre a alguien al lado adelantándose a todo. Todo es nuevo, muchas cosas desconocidas que no dominas, y siempre alguien pendiente de que nada de eso sea motivo de frustración para que puedas disfrutar de estos días.
Hoy llega esta chica, pero la misión lleva días en marcha con la colaboración de los tres mejores "arcángeles" que nadie puede tener (este nombramiento lo acabo de instituir). Preparar la celda, ¿qué le puede gustar?, ¿qué puede necesitar? Entre todas ponernos en su lugar para que se sienta a gusto, para que se sienta acogida y cuidada. La oración de estos días es para ella, y el Señor poco a poco te va haciendo caer en los detalles más pequeños, en aquello por lo que ella va a poder sentir su Amor. Y así, las toallas ya no las pones dobladas como siempre, sino que buscas una forma original; el breviario no es un tomo sin más, sino que buscas las imágenes que le puedan ayudar a orar...
El reto del Amor es ser "angelito", que cuides los detalles pequeños haciendo de lo cotidiano un cauce de amor.
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