Lerma, 26 de junio
Hola, buenos días, hoy Inés nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
LOS ARCOS – TODO VALE
Una cosa que me ha regalado Dios es imaginación, lo que supone que, cada objeto que veo retirado, le encuentro utilidad y, ¡claro!, lo intento salvar del escombro o la chatarra, "por si acaso..."
Ciertamente a veces me viene súper bien para algún adorno, montaje, transformación; otras... realmente me lleno de "trastos por si acaso", y lo menos que me pasa es que me llamen trapera y trastera, y acabo llenando mis rincones de posibilidades fallidas porque el tiempo no espera.
La última es la de los arcos; es decir, la de las estructuras metálicas viejas y oxidadas que han quitado de los claustros. Llegué a tiempo de recoger las partes semicirculares del piso de arriba. Los rescaté justo la noche antes de que se los llevaran. En cuanto los vi, imaginé lo bonito que quedarían clavándolos en la tierra, rodeando el jardín que yo cuido, y allí los llevé en espera de poderlo hacer.
Hace dos días, por aquello que era su fiesta, tenía que preparar al San Juanito (una talla de san Juan Bautista niño), adornado en la Iglesia. Ni corta ni perezosa, me fui a la huerta a coger uno de mis arcos para hacer una cueva.
Ahí está y quedó bien. Todas las monjas se reían al entrar a vísperas, eso es sano. Y con todo esto, el Señor me habla de algo muy importante:
“Todo y siempre vale para Mí. Además de haberte creado como eres con infinito amor, te pongo en un camino de Vida donde haces tu papel. No te preocupes si cambia lo externo, la manera de enunciarlo. Yo cada vez te ayudo a acomodarte a la nueva situación, y 'vuelves a servir', porque eres precioso a mis ojos y mi deseo de que seas feliz es grande. No importa dónde hayas estado o qué cosas hayas vivido, el colegio en que hayas estudiado, o los amigos que hayas tenido... y si ahora cambió todo y parece que sobras, ¡no es verdad!"
Para el Señor ninguno somos chatarra, sino un potencial de nueva vida. Él siempre nos tiende su Mano y su Corazón, y nos reconstruye porque en cada minuto gestamos una vida renovada.
Por eso, hoy el reto de hoy es volver a empezar de nuevo. Puede que te sientas como un arco que poco a poco se va oxidando, o tal vez que ya va camino de la chatarra... ¡No te des por perdido! Hoy mira a Cristo y empieza un nuevo día. Ponte en sus Manos y dale permiso para que te use en lo que quiera. ¡Deja que su amor te renueve! Y, en la edificación de hoy, descubrirás que puedes volver a amar, pues Cristo habita en ti.
VIVE DE CRISTO
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