Uno de los temas que comparto con los seminaristas en el diálogo que mantengo con ellos, es la "revisión" del horario. Ellos me explican la estructura del horario comunitario, del horario personal  y el ritmo que utilizan para cumplirlos adecuadamente. De este diálogo descubro que dentro de las diversas y singulares actividades que conforman el horario comunitario y personal no está contemplado un tiempo para que los seminaristas "naveguen en Internet". Es cierto que pueden "navegar" en el tiempo de recreación o en tiempo "personal" o tiempo "libre", de todas las formas no existe un tiempo exclusivo para ello.

De lo antes dicho puedo formular dos premisas y una conclusión


1. La mayoría navegan en Internet todos los días y varias veces al día, esto quiere decir que dedican una parte del tiempo para ello.

2. Una gran parte lo realiza alternándolo con alguna otra actividad, estudian y navegan o navegan en tiempo de descanso (o tiempo libre), de una u otra forma lo realizan en un tiempo no exclusivo para ello.

3. La tercera se deduce de las dos primeras. El uso del Internet no forma parte del horario y calendario del seminarista. No se le está dando un tiempo específico para algo que es importante.

Cabe mencionar que antiguamente el uso del Internet era relacionado con el ocio y el tiempo libre, hoy  no es así. El uso del Internet forma parte de nuestras actividades diarias y, se ha convertido en uno de los medios más influyentes en lo que respecta a medios de comunicación y un medio necesario que posibilita llevar a cabo ciertos trabajos, ya sea en el campo profesional o en el ámbito académico.

Dada la importancia del uso del Internet es conveniente dedicar un tiempo necesario y específico a dicho uso.

El uso del Internet alternado con el trabajo
 
Es común usar Internet (revisar el correo, escuchar música, ver un video, enviar mensajes instantáneos vía chat, postear en las redes sociales, etc.) mientras se está en el trabajo. En este ámbito mayormente el acceso a Internet es gratis y está a disposición. Esto por una parte, permite que el trabajador esté constantemente inter-actuando en las redes sociales, informándose del acontecer de cada día en el mundo, y manteniendo viva la comunicación interpersonal. Sin embargo, la práctica constante de este realidad está llevando a perniciosas consecuencias. Por tal consecuencias, las empresas cada vez son más estrictas en el control del uso del Internet por parte de sus empleados con fines personales, varias aplican desde fuertes sanciones hasta la propia despedida del empleado. 
 
 
El uso del Internet alternado con el estudio
 
La descripción del apartado anterior se adapta de inmediato para este contenido. En el campo universitario o escolar los estudiantes en su mayoría tienen acceso a Internet. Está demás decir que la mayoría de los estudiantes llevan consigo un ipod, smartphone o una laptop, etc.

Las instituciones educativas al igual que las empresas, también se han visto afectadas por esta realidad, muchos de los estudiantes mientras el profesor lesiona, navegan en Internet o en los tiempos dedicado al descanso lo dedican a navegar. Este proceder de navegar en los dos momentos indicados, está trayendo consigo grandes consecuencias, como la poca concentración en las clases y la ausencia de descanso/diálogo comunitario que corresponde a los tiempos "libres" o de intervalo entre una clase y otra. Las salas exclusivas para navegar en Internet quieren ser una inteligente solución a esta realidad, sin embargo, mientras el estudiante no dedique un "tiempo determinado" para ello, siempre las salas exclusivas no dejarán de ser un intento a tan grande situación.
 
El uso del Internet y el tiempo libre/ocio

Si no encontramos ninguna divergencia entre el tiempo libre y el ocio podemos afirmar que es el tiempo favorable donde los jóvenes recurren a navegar en la Internet. De todas las formas, no es el tiempo exclusivo y determinado para ello.

El uso del Internet en el horario personal

Es conveniente que el uso del Internet forme parte del horario personal de vida de un seminarista. Encuentro dos razones para justificar esta opinión. La primera es de carácter psicológico que refiere a la concentración y al interés. La segunda es de carácter organizativo y disciplinar.
La concentración consiste en centrar voluntariamente toda la atención de la mente sobre un objetivo, objeto o actividad que se esté realizando o pensando en realizar en ese momento, dejando de lado toda la serie de hechos u otros objetos que puedan ser capaces de interferir en su consecución o en su atención(1). Está demás señalar la importancia de la concentración en las diversas actividades de un seminarista. Si embargo, la concentración puede verse mermada y completamente bloqueada debido a trastornos, enfermedades  o conducta de diversos tipos. Alternar la actividad académica, laboral, o los momentos de convivencia con el uso intenso y desproporcionado del Internet, trae consigo un desequilibrio de la concentración y consecuentemente la pérdida del interés por la actividad que se realiza.
 
 
El horario de un seminario es exigente y riguroso, de tal modo que el seminarista o es organizado o es desorganizado, la exigencia y la rigurosidad no permite termino medio. En el seminario hay un tiempo para cada cosa, tiempo para rezar, para estudiar, para trabajar, para la convivencia comunitaria, etc. El seminarista organizado no debería ser conducido por el impulso emocional de la mediata información y comunicación que nos brinda hoy el Internet, sino, superándolo pueda organizarse de tal modo que pueda dar un lugar y un tiempo privilegiado para ello.
 
A modo de conclusión. 
 
Dada la importancia del Internet en la vida académica, comunicativa e informativa del seminarista no se debería utilizar como alternativo a otras actividades. Muy personalmente recomiendo a mis formandos que pueden utilizar el Internet (con fines personales y no académicos) con plena libertad por el espacio de 15 o 20 minutos o más (según la necesidad) antes o después del tiempo de estudio de la tarde o por la noche (no es recomendable después de completas) sabiendo que no están alternando con otra actividad.
 
No todos los que trabajamos en el campo formativo concordamos con esta realidad del "uso del Internet", sin embargo, es una dinámica progresiva que va encontrando lugar cada día.