Federico Lombardi, portavoz vaticano y director de la sala de prensa de la Santa Sede. |
El 15 de junio de 2015 el periódico italiano L´Espresso se anotó un scoop mundial: la publicación de un borrador de la nueva encíclica del Papa Francisco sobre el tema de la ecología. Rápidamente el texto dio la vuelta al mundo. El problema, sin embargo, era no sólo que el texto era presentado por el titular como la encíclica ya acabada sino que la encíclica misma (llamada «Laudato sii»: «Alabado seas») tenía fecha de presentación oficial: el medio día del 18 de junio. Se trataba, por tanto, de una filtración a uno de los más conocidos rostros de la información del Vaticano: Sandro Magister.
Pero la publicación del texto no ha quedado, a diferencia de otros tiempos, sin consecuencias. La Sala de Prensa de la Santa Sede ha notificado a Sandro Magister que se le suspende su acreditación como periodista ante el Vaticano. ¿Qué supone eso en la práctica? Deja de recibir los documentos que la Sala de Prensa remite con exclusividad a los periodistas acreditados, no puede entrar en la Sala de Prensa misma y deja de gozar de otros beneficios vinculados al oficio de periodista acreditado.
El texto donde se le notifica su suspensión es el siguiente (la traducción es nuestra):
***
Ciudad del Vaticano, 15.06.2015
Egregio Dr. Sandro Magister
Egregio Dr. Magister,
La publicación que ha hecho de un borrador de la Encíclica del Papa sobre la cual estaba declarado el embargo representa evidentemente una iniciativa incorrecta, fuente de fuerte disgusto para muchísimo colegas periodistas y de grave inquietud de buen servicio de esta Sala de Prensa.
Le comunico que por eso su acreditación ante nuestra Sala de Prensa queda suspendida desde mañana por tiempo indeterminado.
Lo lamento mucho.
Suyo,
Federico Lombardi, S.J.
N.B.: Naturalmente esta sanción deberá ser comunicada a los colegas de la Sala de Prensa.
Para su información: Egregio Dr. Luigi Vicinanza, director de L´Espresso
***
Más allá de la publicación que ha hecho L´Espresso pienso en la filtración que ha hecho alguien desde dentro del Vaticano. Y quizá sea más bien a quien filtró a quien deben apuntar otro tipo de repercusiones. Después de todo los periodistas «sólo gestionan» lo que desde ciertos oficios y oficinas vaticanas se les remite. Eso no quita responsabilidad a quien publica pero al menos evidencia que no actúa en solitario.
Aquí una copia de la notificación:
Aquí una copia de la notificación: