‘Dijo Yahvé a Moisés: Di esto a los israelitas: Si un hombre o una mujer se decide a hacer voto de nazireo consagrándose a Yahvé, se abstendrá de vino y de bebidas embriagantes’
(Números 6:1)
INTRODUCCION
El término ‘nazireo’ proviene de la palabra hebrea ‘nazir’ y significa ‘consagrado a Dios’. Aunque los nazireos no eran conocidos en la historia hebrea primitiva, hay una mención específica sobre ellos en Números 6:1-21, en donde se indica el compromiso que contraen con Yahvé y cómo deberá ser su forma de vida una vez consagrados. El texto es una sección legal de origen tardío que incorpora una codificación de uso inmemorial.
Las regulaciones allí establecidas se refieren sólo a personas que se consagraban a sí mismas a Dios en busca de una mayor perfección y santidad por un tiempo específico en virtud de un voto temporal, aunque había también nazireos vitalicios, e incluso los padres podían consagrar a niños a ese estado nazireo.
Siempre preocupada por salvaguardar y promover la pureza y la santidad del pueblo, la escuela sacerdotal establece en el capítulo 6 del libro de Números una serie de normas y prescripciones tendentes a regular la práctica del nazireato, recibida de la tradición antigua.
La clasificación de dichas normas es como sigue:
.- Números 6:1-8 = Determina qué es el nazireato y cuáles son las obligaciones de quienes se integran a esta institución.
.- Números 6:912 = Concreta la forma de reanudar el ejercicio del nazireato en caso de que se haya visto interrumpido.
.- Números 6:13-21 = Fija el ritual con el que se ponía fin a la práctica del nazireato.
LOS NAZIREOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Según la Ley judía, los nazireos podían ser de ambos sexos. Estaban obligados a abstenerse de tomar vino y bebidas embriagantes, e incluso de todos los productos del viñedo durante el período de su consagración. Durante ese tiempo debían dejarse crecer el cabello como señal de su santidad, y se les prohibía acercarse a cualquier cadáver, incluso al de sus parientes más cercanos, bajo pena de deshonra y de pérdida de su consagración.
Si por accidente el nazir o nazireo se viese deshonrado por la presencia de un cadáver, debía afeitarse la cabeza completamente y repetir esta operación al séptimo día. En el día octavo debía presentarse en el Santuario con dos tórtolas o pichones de paloma, uno de los cuales era ofrecido en holocausto y el otro por el pecado. Además, para renovar la consagración perdida, era necesario presentar un cordero añal como ofrenda por el pecado.
Al expiar el período determinado por el voto, el nazireo traía al Santuario varias ofrendas y, con ceremonias simbólicas que incluían la rasurada del cabello y la quema del mismo con el fuego de la ofrenda de paz, el sacerdote le restauraba a su antigua libertad. El significado simbolizado por estos diferentes ritos y regulaciones era en parte negativo ya que significaba la separación de las cosas mundanas, y en parte positivo ya que significaba una mayor plenitud de vida y de santidad, indicadas por el crecimiento del cabello y la importancia atribuida a la deshonra ceremonial.
LOS NAZIREOS EN EL NUEVO TESTAMENTO
Los nazireos aparecen también en los textos del Nuevo Testamento, no sólo en los Evangelios y en el libro de los Hechos de los apóstoles, sino también en las obras del historiador judeo-romano Flavio Josefo y también en el Talmud judío.
Usualmente se considera como el principal de ellos a San Juan Bautista, de quien el ángel anunció que ‘será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor’ (Lucas 1:15). A Juan el Bautista no se le llama explícitamente un nazireo ni tampoco se menciona su cabeza sin afeitar, pero la severa austeridad de su vida concuerda con el supuesto ascetismo de los nazireos.
Por Hechos 21:23 y siguientes sabemos que los primeros cristianos judíos ocasionalmente tomaban el voto nazireo temporal, y es probable que el voto de San Pablo, mencionado en este mismo libro, fuese de naturaleza similar: ‘… en Cencreas se había cortado el pelo porque tenía hecho un voto’ (Hechos 18:18). Sin embargo el hecho de rasurarse su cabeza en Cencreas no estaba de acuerdo con las reglas establecidas en el capítulo 6 de Números ni con la interpretación de ellos por las escuelas rabínicas de ese tiempo.
OTROS EJEMPLOS DE NAZIREOS
Según la historia de San Hegesipo narrada por Eusebio en su obra ‘Historia Eclesiástica’ (II.23), Santiago el Menor, obispo de Jerusalén, era un nazireo que realizaba con rigurosa exactitud todas las prácticas ascéticas incluidas en esa regla de vida.
También se dice de Sansón, hijo de una mujer estéril, que un ángel de Yahvé se le apareció a su madre y le dijo con respecto a Sansón: ‘Concebirás y darás a luz un hijo. En adelante guárdate de beber vino ni bebida fermentada, y no comas nada impuro, porque vas a concebir y dar a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño será nazir de Dios desde el seno de su madre…’ (Jueces 13:4-5).
No se dice nada en este caso sobre la abstención del vino por parte de Sansón, aunque muchos expertos lo atribuyen a que la restricción se le ordena a la mujer durante el tiempo de su embarazo. Que su cualidad de nazireo se consideraba independiente de su deshonra a través del contacto con un cadáver es claro por el relato de su carrera posterior y de las famosas hazañas que se le atribuyeron.
También se considera al profeta Samuel como nazireo debido a la promesa de su madre: ‘¡Oh Yahvé Sabaoth! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y acordarte de mí, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo varón, yo lo entregaré a Yahvé por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza’ (1ª. Samuel 1:11).
LOS NAZIREOS Y EL TEXTO BIBLICO
‘Habló Dios a Moisés y le dijo:
Diles esto a los israelitas: Si un hombre o una mujer se decide a hacer voto de nazir consagrándose a Yahvé, se abstendrá de vino y de bebidas embriagantes. No beberá vinagre de vino ni de bebida embriagante; tampoco beberá ningún zumo de uvas ni comerá uvas, frescas o pasas.
En todo el tiempo de su nazireato no tomará nada de lo que se obtiene de la vid, desde el agraz hasta el orujo.
En todos los días de su voto de nazireato no pasará navaja por su cabeza: hasta cumplirse los días por los que se consagró a Yahvé, será sagrado y se dejará crecer la cabellera.
No se acercará, en todos los días de su nazireato en honor de Yahvé, a ningún cadáver. Ni por su padre, ni por su madre, ni por su hermano, ni por su hermana se manchará, en el caso de que murieran, pues lleva sobre su cabeza el nazireato de su Dios. Todos los días de su nazireato es un consagrado a Yahvé.
Si alguien muere de repente junto a él y mancha así su cabellera de nazir, se rapará la cabeza el día de su purificación, se la rapará el día séptimo. El día octavo llevará un par de tórtolas o un par de pichones al sacerdote, a la entrada de la Tienda de Encuentro. El sacerdote ofrecerá un o en sacrificio por el pecado y el otro en holocausto, y expiará por aquel hombre la falta contraída a causa del muerto. Aquel día consagrará su cabeza.
Se consagrará a Yahvé por todo el tiempo de su nazireato, y ofrecerá un cordero de un año como sacrificio de reparación. Los días anteriores son nulos, por haberse manchado su cabellera.
Este es el rito del nazir, para cuando se cumplan los días de su nazireato. Llevado hasta la entrada de la Tienda del Encuentro, presentará su ofrenda a Yahvé: un cordero de un año, sin defecto, en holocausto; una cordera de un año, sin defecto, en sacrificio por el pecado; un carnero sin defecto como sacrificio de comunión; un canastillo de panes ázimos de flor de harina, amasada con aceite, y tortas sin levadura untadas con aceite, con sus correspondientes oblaciones y libaciones.
El sacerdote lo presentará delante de Yahvé y ofrecerá el sacrificio por el pecado y el holocausto del nazir. Hará con el carnero un sacrificio de comunión a Yahvé, junto con el canastillo de ázimos; ofrecerá luego el sacerdote la correspondiente oblación y libación.
Entonces el nazir se rapará su cabellera de nazir, a la entrada de la Tienda del Encuentro; tomará la cabellera de su nazireato y la echará al fuego que arde debajo del sacrificio de comunión.
El sacerdote tomará un brazuelo. Ya cocido, del carnero, un pan ázimo del canastillo y una torta sin levadura, y lo pondrá todo en manos del nazir, una vez que se haya rapado su cabellera de nazir.
El sacerdote presentará todo ello como ofrenda mecida delante de Yahvé. Es cosa santa, pertenece al sacerdote, además del pecho mecido y de la pierna reservada. Luego el nazir beberá vino.
Este es el rito del nazir que, además de su nazireato, ha prometido una ofrenda a Yahvé (aparte de lo que sus posibilidades le permitan): a tenor del voto que prometió lo cumplirá además de lo prescrito para su nazireato’.
(Números 6:1-21)
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BIBLIOGRAFIA
.- Los nazireos. Meinhard, 1676
.- Nazireos en VIG. (Diccionario de la Biblia) Lesetre
.-San Pablo: sus misiones. Fouard, 1892
.-Acto Apostólico. Knabenbauer, 1899
.-Nazireos (Enciclopedia Católica). James F. Driscoll, 1911
.-Comentario al Antiguo Testamento. La Casa de la Biblia, 1997
.-Biblia de Jerusalén. Desclée de Brouwer, 1998