Si apeteces demasiado y ansías siempre más y más...
Si experimentas la melancolía y te postra la decepción...
Si la insatisfacción y la frustración hacen mella en ti...
Si vives preocupado y la solución ansiada no llega...
Si tu cuerpo está enfermo y vives en el desconcierto...
Pide a la fe que te dé la respuesta.
San Pablo te dirá que «en este mundo no tenemos una ciudad que permanezca para siempre, sino que vamos en busca de la ciudad eterna» (He 13,14).
No estamos hechos sólo para el tiempo, para aquí, sino que vamos en busca de otra realidad futura y definitiva.
Tomás de Kempis dice: «En este mundo no hay lugar tan santo ni secreto, ni tan resguardado en el que no haya tentación, ni prueba, ni tribulación, ni sufrimiento...»
»Las pruebas -las tentaciones- muchas veces son utilísimas al ser humano, aunque sean graves y enojosas, porque en ellas el ser humano es humillado, purgado y enseñado.
»Todos los santos pasaron por muchos trabajos y tentaciones. Pasaron por tribulaciones, enfermedades y sufrimientos. Pero ellos... los supieron aprovechar y... siguieron adelante.»
Alimbau, J.M. (2001). Palabras para momentos difíciles. Barcelona: Ediciones STJ.