DON ESTEBAN LORENZO DE TRISTÁN Y ESMENOLA
(17231793)

Nació en Jaén el 18 de agosto de 1723, hijo de un comerciante francés
establecido en la calle Maestra y desde
su juventud estuvo vinculado a la Santa Capilla. En 5 de mayo de 1746
solicitó una plaza de capellán menor
que desempeñó interinamente, posesionándose con carácter efectivo en
27 de mayo de 1748 mientras proseguía
y ampliaba sus estudios eclesiásticos que pronto le llevarían a ser
prior en Villacarrillo y Mancha Real y
luego, en 1774, canónigo dignidad de Chantre, en la Catedral de
Guadix.

El 10 de octubre de 1775 fue promovido al obispado de Nicaragua y
Costa Rica del que se posesionó en 23 de
marzo de 1777. Su nombramiento se acogió en la Santa Capilla con gran
alegría por lo que se dispuso que una
comisión presidida por el Consiliario Administrador,
acomodada en tres coches
“con la decencia y autoridad correspondiente”
fuesen a felicitarle.
Al marcharse a su sede llevó consigo a su
vicario general y a su pariente don José
María Peralta de la Vega, quien llegaría a
alcanzar la más alta magistratura en Costa
Rica. Precisamente uno de sus nietos estuvo
visitando la Santa Capilla hace unos
años, pues esta familia estaba emparentada
con nuestro querido sacristán Luis Torres
Peralta.

En Nicaragua, don Esteban Lorenzo
Tristán hizo una gran labor pastoral concluyendo
las obras de la catedral de León
y fundando en Costa Rica la ciudad de
Alajuela en 1782.
Después sería promovido a la sede de
Durango, en México (1783) y de allí a la
de Guadalajara, también en México
(1793) de la que no llegó a posesionarse
pues cuando se dirigía a ella falleció repentinamente
en San Juan de Lagos el 10
de diciembre de 1793.

Pese a su lejanía del Jaén nativo, gustó de
mantener asiduas relaciones epistolares
con su familia y amigos y de manera especial
con quienes le había tratado en la
Santa Capilla, para la que siempre tuvo
afectivo recuerdo.

Manuel López Pérez
Cronista de la Santa Capilla