Finalizó el Sínodo de los obispos, dedicado a los jóvenes, en un clima de esperanza y de fe, de optimismo en el futuro, de inmensas ganas de poner manos a la obra para transformar el mundo. He aquí una pequeña lista de sus principales ecos, en palabras del Papa Francisco.

    "Escuchar, hacerse prójimos y testimoniar", tres hermosas actitudes para encarar el futuro.

    "El Sínodo no es un parlamento, sino más bien un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar".

    El resultado del Sínodo no es el documento. "Estamos llenos de documentos".

    "Qué importante es para nosotros escuchar la vida, es decir, las necesidades del prójimo".

    Y unas palabras de honda humildad, dirigidas a todos los jóvenes: "Disculpadnos si a menudo no os hemos escuchado; si en lugar de abrir nuestro corazón, os hemos llenado los oídos".

    "La fe pasa por la vida: no hay que concentrarla, por lo tanto, en "formulaciones doctrinales", que no tocan el corazón, o  "sólo en el hacer", que corre el riesgo de convertirse en moralismo".

    Fomentemos el "apostolado del oído": Escuchar antes de hablar.

    "¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida!"

    "Escuchar con amor, con paciencia, como hace Dios con nosotros".

    Después de la escucha, "hacerse prójimos". Y "testimoniar". "Es lo que será eficaz, no nuestros sermones"