JMJ2011 está a la vuelta de la esquina, y los organizadores lo saben. Por eso, llevan unos meses trabajando en delimitar la mejor estrategia para llevar a buen puerto este gran acontecimiento. Para ello, la organización está recorriendo dos caminos, a mi entender, fundamentales: se ha puesto a la escucha del Espíritu Santo, sin descuidar una plena y constante consulta con las fuerzas vivas de la Iglesia, que a buen seguro propondrán lo mejor para tan magno evento. La diócesis de Madrid, junto con las de Alcalá y Getafe, va a acoger dos millones de visitantes, digo peregrinos. Muchas personas de España y el mundo están esperando esta lluvia de Gracia y para ello tenemos que ponernos en disposición, haciendo todo lo que esté en nuestra mano en la preparación, sabiendo a la vez que lo que hagamos no es nada sin la fuerza del Señor. En un sentido, nuestro corazón debe hacerse lo suficientemente grande como para acoger al mundo entero. Para esto, es imprescindible que nos llenemos de Dios, para que el mundo nos vea y diga “mirad cómo se aman”, y ardan en deseos de encontrarse con Cristo. Por otro lado, los peregrinos tienen que prepararse, ¡qué digo! Todos tenemos que prepararnos para estar en disposición de recibir lo que el Señor quiera regalarnos esos días de agosto. La organización está de lleno en la preparación espiritual y material. Sobre la espiritual hablaremos más adelante, pero sobre la material sí podemos comentar que la página web está en plena preparación, y ya ha salido a concurso el diseño del logo. También se está trabajando en la sede del evento, así como las posibles actividades que se desarrollarán durante toda la semana precedente. Estos calvos deseamos los mayores éxitos en las decisiones que marcarán toda la preparación y, aunque llevamos tiempo rezando por el mismo, nos proponemos llevar a la oración aún más a los jóvenes que van a vivir una gran experiencia de Dios en agosto de 2011. Eduardo Palanca