La ETA ha vuelto a matar. Lo ha hecho después de reducir a ruinas una casa cuartel de la Guardia Civil en la que no se produjeron decenas de víctimas porque Dios no lo quiso, y antes de poner otra bomba lapa que aunque ha podido ser desactivada, perseguía producir más dolor y muerte. Lo ha hecho además esta vez, donde nunca lo había hecho antes, en mitad de una isla de apenas 3.600 kms. donde además se encuentra parte de la Familia Real y lo más granado de la seguridad española... un verdadero alarde de audacia y poderío.
Ante estos hechos, el Sr. Rubalcaba declaraba ayer que la ETA estaba más débil que nunca. Por si no fuera bastante, su compañero de partido Sr. Antich ha añadido hoy que la ETA mata porque "está cercada", y el también socialista Sr. Jáuregui que lo que le pasa es que “está en su fase final” y “más dividida que nunca”.
¿Pero no se dan cuenta de que la misma perorata la estamos escuchando en España desde hace ya más de treinta años? El argumento de que lo que lleva a la ETA a matar es su debilidad es tan falso como estúpido, pero si al menos fuera nuevo... Lo cierto, sin embargo, es que ya lo utilizaba Martín Villa en el año 1976, y que luego lo han seguido haciendo todos los ministros de Interior y todos los presidentes que desde entonces han sido.
Mañana la ETA cumple cincuenta años. Con ella nacieron otras bandas como la Baader Meinhof, las Brigadas Rojas o el IRA, todas ellas extintas ya. Si la ETA ha podido cumplir los años que no ha cumplido ninguna de ellas, lo es gracias a los infinitos errores cometidos, al sucumbir a los sucesivos cantos de sirenas entonados desde la banda, por los sucesivos gobiernos españoles. Pero más que ninguno por el último, cuya tentativa ha sido particularmente dolosa y humillante por realizarse, además, contra las víctimas y contra una gran parte de la sociedad española que manifestó con claridad su contrariedad, por la torpeza y la necedad con la que se procedió, y por transcurrir buena parte de él con muertos sobre la mesa.
Esto es así, qué vamos a hacerle, pero al menos, señores del gobierno, no nos traten como a idiotas consumados y digan la verdad, la cual, por otro lado, no es tan difícil de entender: la ETA es un grupo terrorista de inspiración marxista-leninista –no, por cierto, fascista- cuya única e irrenunciable finalidad es la secesión y sovietización de una parte del territorio nacional, y cuyo único medio de actuación es la acción terrorista. Siendo esto así, en la medida en que la ETA es capaz de practicar terrorismo y de producir dolor y muerte, la ETA es fuerte, y si algún día, gracias a la tenaz lucha policial con un mínimo de continuidad en el tiempo, deja de poder hacerlo, entonces será débil, estará acorralada, cercada, acogotada y cuantos sinónimos quieran utilizar los expertos en marketing del gobierno de turno. Pero antes de que eso ocurra, por favor, señores políticos, por favor, basta ya de tratarnos como a idiotas.