-“Las personas que son infelices tan sólo necesitan una cosa: que alguien les preste atención”.
El profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Dr. R. Roche, de fe católica y padre de siete hijos, afirma que:
-“Escuchar con atención a otra persona, que tiene necesidad de ser atendida, con empatía -que es participar activamente con afecto, con la mente, con el corazón, emotivamente- beneficia tanto la parte psíquica como la parte física de la persona que lo recibe, y de la que lo da, y además puede llenar de significado una vida, darle sentido a la propia vida”.
Una madre está siempre atenta a todo cuanto hace o le sucede al hijo.
El apóstol Santiago (1,19) enseñaba:
-“Recordad esto queridos hermanos: todos debéis estar dispuestos para atender y escuchar”.
Prestar atención -una escucha esmerada- es un arte, una manera de amar… como suele hacer una madre.
Alimbau, J.M. (2011). La madre (la tuya y la mía). Barcelona: Editorial Claret.