El pasado martes se votó en el pleno del Congreso de los Diputados una interpelación urgente a consecuencia de la moción presentada por el diputado de Unión del Pueblo Navarro D. Carlos Salvador. En esta moción simplemente se pedía la retirada del proyecto de ley del aborto en tanto no se diera el consenso necesario como para acometer tal reforma. Votaron a favor de la moción el Partido Popular, con la esperada abstención de Celia Villalobos, ocho diputados del grupo catalán, los dos diputados de Coalición Canaria y el voto del propio Carlos Salvador. La diputada del UPyD, Rosa Díez, también se abstuvo. Sin embargo, los votos en contra arrojaron una relativa sorpresa. Ya se daban por supuestos los del PSOE, IU-ICV, Ezquerra Republicana, BNG y Nafarroa Bai. Sin embargo, también votaron contra la moción los diputados del Partido Nacionalista Vasco y dos de Convergencia Democrática de Cataluña (ver imagen inferior) Concretamente, y a falta de comprobar las ausencias de esa tarde en el hemiciclo, cinco en total, los nombres de los ocho diputados integrados en ambas formaciones son los siguientes: Fila superior, de izquierda a derecha: Carles Campuzano y Merce Pigem, de Convergencia Democrática de Catalunya y Aitor Esteban y Emilio Olabarría del PNV Fila inferior, de izquierda a derecha: Joseba Aguirretxea, Pedro María Azpiazu, Jose Ramón Beloki y Josu Erkoreka, todos del PNV. Todos los grupos parlamentarios sin excepción han considerado esta votación como de la máxima importancia, como demuestra el hecho de que el pleno estuviera casi al completo sin apenas ausencias. Sin embargo, la postura adoptada por los diputados vascos y catalanes supone una quiebra en la línea seguida por estas formaciones hasta hoy. Los diputados vascos venían manteniendo una línea de beligerancia muy dura con el gabinete Zapatero desde su desalojo del poder en el País Vasco el pasado 1 de marzo. Y sin embargo, y contra sus propios principios y declaraciones de las últimas semanas, han defraudado a sus votantes en un tema tan esencial como el del aborto. ¿Por qué razón?. No es descabellado suponer que han entrado en juego los habituales factores de relación entre los grupos parlamentarios sobre las correspondientes esferas de poder de cada uno. El mantenimiento de la diputación de Álava y sobre todo, el acoso y derribo total al entorno etarra que puede haber vuelto su mirada hacia el ya innecesario PNV, poniendo bajo amenaza a los que hasta ahora venían gozando de completa inmunidad, pueden haber sido instrumentos de pago-amenaza para doblegar a los nacionalistas vascos. Sea como fuere, los respectivos electorados de estas formaciones han tomado buena nota del comportamiento de sus "representantes", y es justo esperar que les pasen la correspondiente factura cuando llegue el momento. Es posible que Monseñor Sistach encuentre algún motivo de reproche a los diputados convergentes, aunque no sean del Real Madrid. Algunos tenemos el oído muy atento. Quizás Blázquez y Uriarte.