Visto ya lo que el Evangelio dice de Cristo, la siguiente pregunta que nos propusimos resolver en su día fue qué dice el Evangelio sobre cómo debe ser el cristiano. Y a eso vamos en los próximos post, primero con algunos rasgos de mentalidad y luego con algunos rasgos de –llamémoslo así─ conducta.
Define el Diccionario la palabra “mentalidad” como “…modo de pensar que caracteriza a una persona”.
Es por ello que hablamos comúnmente de mentalidad emprendedora, mentalidad ganadora (o perdedora), mentalidad infantil, etc. siendo esta algo que va mucho más allá de una acción o conducta determinada pues configura la predisposición de una persona marcando sus prioridades, principios, fundamentos y certezas.
¿Cómo es ─debe ser─ entonces la mentalidad del cristiano?
Un primer rasgo lo leemos cuando Cristo se encuentra con un escriba que le pregunta por lo que debe ser principal en un cristiano. La respuesta del Señor fue amar a Dios pero no de cualquier manera: “Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.” (S. Marcos, 12, 29-30)
No deja lugar a dudas esta contundente expresión del Señor sobre lo que debe ser principal en la mentalidad cristiana: Dios ha de estar sobre todo, y sobre todos y sobre todas las cosas.
Si repasamos la vida de los santos, veremos que este rasgo de mentalidad es el que prevalece en ellos por encima de cualquier obra, logro o conducta concreta y sería fácil poner ejemplos que muestren hasta qué punto esto estuvo presente en sus vidas. No obstante, contaré tres casos concretos de cristianos que conozco personalmente y que muestran tambien esta mentalidad:
- Un brillante ingeniero al que le ofrecen dirigir un astillero en Argentina en condiciones económicas extraordinarias, declina la oferta con la mayor naturalidad porque supondría un alejamiento inevitable de su grupo de cristianos y, muy probablemente, un enfriamiento de su amor a Dios.
- A una joven universitaria unas amigas le plantean hacer un viaje por Europa durante el “puente” (¡!) de Semana Santa. Ella les contesta con ingenio: “No, gracias, no me parece un plan ideal celebrar el aniversario de la muerte de mi Padre con un viaje de placer”.
- Un profesor de golf que opta, con gran sorpresa de su entorno, profesional por no impartir clases los domingos, a pesar de ser el día más demandado, para no convertir los domingos en día laboral.
Los Tres Mosqueteros