Los salafistas quieren volver al Islam primigenio, al Islam auténtico, a lo que Muhammad y sus compañeros practicaban. Los muyahidines –como ellos mismos se denominan-, que en Occidente se les denomina yihadistas toman las armas para hacer realidad lo que los salafistas anhelan.
Los cuerpos de seguridad de muchos países occidentales calculan que el salafismo atrae a más de una cuarta parte de los 1.600 millones de musulmanes y que más del 1 por ciento son yihadistas, durmientes o activos, la mayoría “durmientes”, así como muchos de los conversos occidentales al Islam están en la órbita salafista y yihadista.
La Policía de Australia arrestó a cinco personas el sábado 18 de abril de 2015 que planeaban un atentado terrorista inspirado en el Estado Islámico (EI) durante la ceremonia del Día de ANZAC, una fiesta nacional que los australianos y neozelandeses celebran el 25 de abril. Al menos tres de los cinco detenidos resultaron heridos durante la operación antiterrorista llevada a cabo en Melbourne, capital del estado de Victoria, situado en el sureste de Australia. El subdirector en funciones de la Policía, Neil Gaughan, informó de que dos de los detenidos, ambos de 18 años de edad, estaban implicados en un ataque. “Creemos que ambos se preparaban para un ataque terrorista durante los actos del Día de Anzac en Melbourne que tenía como objetivo agentes de la Policía”, detalló Gaughan. Las autoridades describieron los planes terroristas como “inspirados” por el Estado Islámico (EI), según las pruebas recogidas y las declaraciones tomadas. “Estamos seguros de que hemos abortado la amenaza”, declaró por su parte el subcomisionado de la Policía de Victoria, Shane Patton, y pidió a la población que siguiese adelante con sus planes con normalidad. Un grupo de “hackers” secuestró el 12 de abril la página web del aeropuerto internacional de Hobart, en la sureña isla australiana de Tasmania, y publicaron un texto de apoyo al Estado Islámico. Las fuerzas de seguridad australianas vigilan estrechamente a unas 400 personas sospechosas de apoyar al Estado Islámico, mientras que unos 110 nacionales salieron de ese país para unirse a los yihadistas que luchan en Siria e Irak, y de los cuales una veintena habría muerto en combate.
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