En el próximo mes de septiembre será canonizado fray Junípero Serra, el evangelizador de las costas californianas, promotor de buena parte de las misiones que han dado a la postre origen a las principales ciudades del Estado: San Diego, Los Angeles, Santa Barbara, S. Luis Obispo, S. Francisco...Fray Junípero es el único español que ocupa una estatua en el Capitolio, y es sin duda uno de los personajes claves para entender la cultura de la costa occidental de EE.UU.
Se han levantado algunas voces criticas con la canonización entre los descendientes de los indígenas norteamericanos, retomando una vieja polémica sobre el papel de los religiosos que evangelizaron esas tierras (y por extensión cualquiera de las colonias españolas) en la pérdida cultural y demográfica de las poblaciones nativas.
Como en tantos otros episodios históricos no tiene sentido juzgar los hechos pasados con la mentalidad contemporánea, sino más bien intentar entenderlos con los valores vigentes en cada periodo. Una manera de hacerlo es comparar lo que ocurrió con los indígenas en las colonias españolas frente a las que mantuvieron otras potencias europeas del momento, como Inglaterra o Portugal. Si comparamos la pérdida de población (fruto de las enfermedades, pero también de las guerras) en la América española con la anglosajona, si comparamos la pervivencia de las culturas indígenas en ambos ámbitos, lo que sabemos sobre la lengua, las costumbres y la religión de los pobladores al norte y el sur del río Grande, el saldo a nuestro favor, si podemos emplear este término es abrumadoramente positivo. No vamos a negar las injusticias que se cometieron, los abusos a las propias leyes del momento, las matanzas en las guerras de conquista, pero tampoco podemos negar la inmensa labor de protección de los indios que realizó la Iglesia española, su papel intelectual en la constitucion del primer derecho internacional, su tarea de preservar las culturas locales. Desde el inicio se pretendió transmitir la fe en las lenguas locales, que conocemos en buena parte gracias a los primeros catecismos, mostrando el respeto por las tradiciones culturales. Hoy esto nos puede parecer muy poco, pero comparando con lo que ocurrió en otras conquistas de antes y después del s. XVI veremos que es realmente excepcional.
Estos temas se tratan en extenso el libro Indigenismo y Evangelización que hemos publicado en la editorial Digital Reasons. Escrito por los historiadores María Saavedra y Javier Amate, especialistas en el tema, revisa los antecentes de la conquista y colonización de América, la organización territorial y las diversas fases de la tarea evangelizadora, a la que se prestaron con singular entusiasmo tanto los sacerdotes seculares como las órdenes religiosas. Destacan tambien su papel en la fundación del sistema edudativo y sanitario de América, su preocupación por mantener los decretos reales de protección de la libertad de los nativos, por evitar los abusos de los colonos. Un libro de lectura imprescindible para quien quiera ir más allá de los tópicos sobre este tema.
Se han levantado algunas voces criticas con la canonización entre los descendientes de los indígenas norteamericanos, retomando una vieja polémica sobre el papel de los religiosos que evangelizaron esas tierras (y por extensión cualquiera de las colonias españolas) en la pérdida cultural y demográfica de las poblaciones nativas.
Como en tantos otros episodios históricos no tiene sentido juzgar los hechos pasados con la mentalidad contemporánea, sino más bien intentar entenderlos con los valores vigentes en cada periodo. Una manera de hacerlo es comparar lo que ocurrió con los indígenas en las colonias españolas frente a las que mantuvieron otras potencias europeas del momento, como Inglaterra o Portugal. Si comparamos la pérdida de población (fruto de las enfermedades, pero también de las guerras) en la América española con la anglosajona, si comparamos la pervivencia de las culturas indígenas en ambos ámbitos, lo que sabemos sobre la lengua, las costumbres y la religión de los pobladores al norte y el sur del río Grande, el saldo a nuestro favor, si podemos emplear este término es abrumadoramente positivo. No vamos a negar las injusticias que se cometieron, los abusos a las propias leyes del momento, las matanzas en las guerras de conquista, pero tampoco podemos negar la inmensa labor de protección de los indios que realizó la Iglesia española, su papel intelectual en la constitucion del primer derecho internacional, su tarea de preservar las culturas locales. Desde el inicio se pretendió transmitir la fe en las lenguas locales, que conocemos en buena parte gracias a los primeros catecismos, mostrando el respeto por las tradiciones culturales. Hoy esto nos puede parecer muy poco, pero comparando con lo que ocurrió en otras conquistas de antes y después del s. XVI veremos que es realmente excepcional.
Estos temas se tratan en extenso el libro Indigenismo y Evangelización que hemos publicado en la editorial Digital Reasons. Escrito por los historiadores María Saavedra y Javier Amate, especialistas en el tema, revisa los antecentes de la conquista y colonización de América, la organización territorial y las diversas fases de la tarea evangelizadora, a la que se prestaron con singular entusiasmo tanto los sacerdotes seculares como las órdenes religiosas. Destacan tambien su papel en la fundación del sistema edudativo y sanitario de América, su preocupación por mantener los decretos reales de protección de la libertad de los nativos, por evitar los abusos de los colonos. Un libro de lectura imprescindible para quien quiera ir más allá de los tópicos sobre este tema.