Todo en la vida tiene un coste y los economistas se especializan en su cálculo para orientar a los gestores públicos hacia donde se debe dirigir la economía, con el objetivo teórico de minimizar los costes y maximizar los beneficios. Pero en el tema del terrorismo islámico no hay estudios sobre el impacto económico, y a penas sobre la vida y seguridad de sus ciudadanos. A pesar que los colaboracionistas del salafismo y yihadismo se refieren al Islam como una religión de paz, la realidad es que tan cierto es que no todos los musulmanes son terroristas como que todos los que asesinan en nombre de su religión son musulmanes y que todos los que se convierten a una religión que les permite asesinar a sus hermanos y ex correligionarios es el Islam.
Se ha estudiado el impacto económico del Islam en Canadá respecto a la seguridad, aunque una tabulación exacta del gasto anual total no está facilitada por el gobierno canadiense por razones de “seguridad nacional”, por “corrección política” y por la incapacidad para recopilar datos relevantes de fuentes federales, provinciales y municipales que ofrecen datos dispares. Pero a pesar de todas dificultades se estima que el año 2014 los presupuestos de funcionamiento de las diversas policías y cuerpos de seguridad del Estado, incluida la Real Policía Montada, ascendieron a más de dos mil millones de dólares. Estar alerta sobre el islamoterrorismo es caro, seguir a los sospechosos, la vigilancia sobre los posibles terroristas, la investigación y seguimiento electrónico, las traducciones, las cárceles, etc. obligan a desviar cantidades enormes de recursos económicos para garantizar la vida de la población, aunque no siempre de una manera exitosa. Eso sin contar con las subvenciones para “evitar que se radicalicen” gran masa de musulmanes, lo que resulta infructuoso.
En España el peligro es mucho mayor que en Canadá, el porcentaje y cantidad de salafistas y yihadistas es de los más elevados a nivel mundial, lo que necesariamente obliga a desviar mayores recursos económicos lo que consecuentemente agrava la crisis económica que padece nuestro país.
Por motivos de seguridad y por corrección política el gobierno español no proporciona datos, Y aun así no se puede garantizar completamente la vida y seguridad de los españoles.
Musulmanes “moderados” de Mali, Costa de Marfil y el Senegal, sin deliberación anterior a ser embarcados en pateras han asesinado a sus conciudadanos cristianos en el mar por el mero hecho de ser cristianos cuando intentaban emigrar clandestinamente a Italia. Estos musulmanes no eran yihadistas pues no asesinaron en nombre de Alá ni organizaron premeditadamente la matanza. Necesitaban espacio y los cristianos eran “escoria” para estos migrantes musulmanes moderados. Les animaba el odio que día sí y día también reciben de sus líderes religiosos y de la lectura del Corán hacia los “infieles” cristianos desde su infancia, con la paradoja de que huían de sus países musulmanes para vivir en países cristianos, como Italia.
Los gobiernos europeos no calculan ni informan del impacto económico que el Islam y el salafismo y yihadismo en Europa repercute sobre su economía, como las medidas de seguridad en transporte público, aviones, etc., el tiempo que destinan los ciudadanos en pasar los controles, cuyo objetivo es minimizar que los salafistas y yihadistas perpetren masacres, ni calculan los costes de la seguridad de los hurtos ni de los juicios ni de los costes carcelarios que importa todo ello, sabiendo que gran proporción de delincuentes en las cárceles europeas en general y españolas en particular son devotos del Islam. No lo calculan para no irritar a los devotos musulmanes y por corrección política.
NOTAS
http://www.blazingcatfur.ca/2015/04/16/how-much-is-the-religion-of-peace-costing-canada/