El amigo capuchino, P. Ignacio Larrañaga, fundador de la Asociación de los Talleres de “Oración y Vida”, decía: “Quien reza cambia; pero los hay que rezan y no cambian. No buscan a Dios sino a sí mismos”.
- Schopenhauer afirmaba: “Aún los inteligentes cometen errores; pero son los tontos los que nada hacen, por corregir sus errores”.
- San Francisco de Asís, hombre de oración que cambió totalmente su vida: en humildad, en paz y en la perfecta alegría.
- San Francisco de Sales, de temperamento fuerte, con la oración, fue “el santo de la dulzura”, etc...
Cristina Kaufmann, carmelita suiza, vivió y murió en el Carmelo de Mataró. Durante una entrevista por TVE se le preguntó:
“¿No se aburren rezando y la vida siempre la misma?”
“¿Cómo vamos a aburrirnos? Cada día la Palabra que escuchamos es distinta. Cada tiempo litúrgico lo es también. Cada hermana va viviendo un proceso personal, que la va transformando –cambiando- en una persona diferente, - mejor-.Y la huerta no es nunca la misma. Cambia en cada estación.
Nuestra mirada nos permite contemplar la vida, de una manera nueva, libres de esas cataratas interiores, que nos hacen mirar… sin ver”.
Jesús, citó a Isaías y dijo:”Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos” –del mundo-“.