El obispo de la fotografía es don Rafael Álvarez Lara, nacido en la provincia de Jaén. Tras su ordenación sacerdotal estuvo en varias parroquias, destacando su misión pastoral en la feligresía de San José de Linares, donde le tocó vivir los duros años republicanos y de la guerra civil. Tuvo la suerte de su parte salvando la vida.
En el año 1943 fue elegido obispo de Guadix donde estuvo largos años haciendo una meritoria labor pastoral, que ha sido recogida por varias obras biográficas escritas por accitanos.
Participó en las sesiones del Concilio Vaticano II. Al poco tiempo fue trasladado a la sede episcopal de Mallorca, donde encontró, como él mismo decía después, un camino duro por el que anduvo buscando siempre la unidad del rebaño encomedado a su pastoreo.
Tras su jubilación, encontró acomodo en la ciudad de Almería, donde vivió hasta su muerte. Varias veces lo visité y fuí confidente de muchas anédotas.
Don Rafael se retiraba mucho al monasterio de la Cartuja de Jerez de la Frontera, donde hoy yace esperando la resurrección final.