Gracias porque se ha instaurado el orden de las vírgenes de la primitiva Iglesia.

Gracias por repetirse en la actualidad aquel ejército de vírgenes y mártires como Cecilia, Inés, Lucía, gloria de la Iglesia en la antigüedad.

Gracias por vincularlas al obispo.

Gracias porque están en medio del mundo, con actitudes evangélicas en contra de las actitudes del mundo. Por ello son incomprendidas y, en algunos casos, perseguidas.

Dales tu fuerza para que sigan firmes en su vocación. Que sean ese pequeño fermento con que quieres ir preparando la gran aventura de formar un mundo nuevo que respire los aires del Evangelio.

Gracias, Señor porque han aceptado tu llamada para meterse de lleno dentro de la ciudad o del mundo para decir a todos que Tú les quieres.

Que no se escondan, sino que sean luz en medio del mundo. Que no tengan miedo a meterse  entre los hombres, en medio de la corrupción, de la pobreza, de la marginación, de los enfermos, del lujo, de los trabajadores, de tus amistades...

Que el aire limpio y transparente del Evangelio entre a través de ellas, en las oficinas, en el mundo rural, en las tiendas, en las fábricas... allí donde haya alguien por quien Cristo quiera ser amado.
 
Ayúdales, Señor a compaginar audacia y prudencia, y que sean conscientes  de que tú, Señor, estás siempre con ellas como única fuerza; única, pero omnipotente.

Que nunca huyan sino que luchen para vencer, pero estando bien pertrechadas con su cercanía a ti, Jesús, su esposo.

Que sean muy conscientes de que tú, Señor, no eres de los que dejan en la estacada a los amigos.
 
José Gea

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DESAFÍO VOCACIONAL DE LAS PARÁBOLAS, que trata del descubrimiento de la propia vocación religiosa en los jóvenes a la luz de las parábolas, y

STOP. CRISTO EN TU CAMINO, sobre ese descubrimiento también en las demás edades y estados.

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