Lerma, 2 de abril
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿TÚ A MÍ?
Hoy es un día muy especial en el monasterio. Dentro de poco, todos los pasillos se impregnarán con el olor del agua aromatizada que están preparando en la cocina. Por la tarde, la priora usará este agua para el lavatorio. La emoción es palpable... ¡ya llegan los días grandes!
Al llegar a Laudes esta mañana y abrir mi libro, me he encontrado una estampa que dejé colocada el año pasado. Es un dibujo en el que se ve a Jesús, arrodillado, lavando los pies a los apóstoles. Esta imagen me ha impresionado un montón y... no he podido evitar comprender a Pedro.
Tú ponte en situación. ¿Te imaginas? Jesucristo, el Rey de reyes, a quien aclamábamos el domingo pasado como Hijo de David, el Mesías esperado... éste mismo Jesucristo se levanta de la mesa para ponerse de rodillas ante ti, como si fuera un sirviente, diciéndote que quiere lavarte los pies. ¿Te lo imaginas?
No sé a ti qué te surge, pero a mí me daría muchísimo apuro, me saldría del alma un "venga, Jesús, por favor... Deja la toalla y siéntate... Si quieres, yo te lavo los pies de mil amores, pero... ¿cómo vas a estar tú así delante de mí?"
Pero, mirando la estampita, de pronto el Señor me ha hecho ver que esto no era una imaginación. Es la realidad. Esta tarde Cristo quiere lavarnos los pies a cada uno de nosotros. Por eso, hoy el reto del amor es dejarse lavar.
El relato evangélico sigue con la intervención de Jesús llena de amor hacia Pedro: "Si no te lavo los pies, no tienes nada que ver conmigo". ¡Cómo me lo ha iluminado el Señor! Sí, su Iglesia no es el grupo de los limpios... ¡sino la familia de los limpiados, los limpiados por Cristo!
No tengas miedo, no ocultes tus pies sucios, ni trates de limpiarlos tú mismo. Hoy Cristo, lleno de amor, se inclina ante ti para lavarte los pies. ¿Le dejas?
Y, para terminar, te invito a que este gesto de Jesus hacia ti no se quede sólo en ti. Levántate, cíñete una toalla y lava los pies a una persona. Mira en tu corazón y, si estás enfrentado con alguien, pídele perdón, y así le lavaras los pies como nos dijo Jesus que hiciéramos los unos a los otros.
Hoy el reto es dejarte lavar por Jesús y lavar tú a una persona con el gesto de humildad de pedirle perdón. ¡Feliz día del Amor Fraterno!
VIVE DE CRISTO
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
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