Gracias, Señor, por este regalo de los Institutos Seculares que has hecho recientemente a tu Iglesia.

Gracias porque has llamado a tantos hermanos a dedicarse a dar testimonio de ti en los lugares de trabajo, en las oficinas, en las fábricas, en los centros sanitarios, en el campo de la enseñanza, en las aldeas y en las ciudades.

Gracias porque han aceptado tu invitación para hacerte presente en todos los ambientes y quieren ser una presencia tuya en medio de un mundo donde reina la injusticia, la instrumentalización del hombre por el hombre, el egoísmo, el materialismo...

Gracias porque han escogido el camino difícil de estar con todos y en medio de todos, haciendo lo que todos, pero sin ser como todos, sino como Tú.

Gracias porque has puesto en medio de la gran masa del mundo un poco de fermento, pequeño pero con mucha fuerza, la fuerza de tu gracia, para que haga fermentar toda la masa.

Gracias porque nos estimulan a ser y a actuar como ellos siendo testigos de tu Hijo en medio del mundo.

Gracias porque son luz y sal en un mundo en tinieblas y sin sentido.

 Ayúdales, Señor, a mantenerse firmes en su consagración en medio del mundo. Que no desvirtúen la fuerza del fermento. Que no se adocenen. Que amen de verdad entrañablemente al mundo y que se dediquen a presentarle con sus vidas, el amor de tu Hijo.

Estate, Señor, muy cerca de ellos. Están muy solos en medio del mundo. Que no les asfixie el ambiente cuando no sean aceptados.

Que no estén pendientes de lo que puedan decir u opinar sobre ellos. Que sólo tengan fija la mirada en ti.

Que no tengan la sensación de estar fuera de ambiente; que sientan el gozo de estar contigo en medio del mundo.
Que sepan sufrir en medio de un mundo que ríe.

Que sean fieles en seguir tu mensaje aunque se queden solos. Que sigan en primera línea, a pesar de que puedan tener la impresión de que no vale la pena seguir.

Que sepan ver el rostro de tu Hijo en cualquiera; que se acerquen a quien más necesite de ellos, aunque no les caiga bien; que sepan estar donde más necesaria sea su presencia.

Que estén siempre disponibles y dispuestos a prestar cualquier servicio en favor de los hombres, aunque algunas veces abusen de su generosidad y de su bondad.

Acompáñales siempre, Señor. Y que se dejen acompañar por ti. Es difícil seguirte; y más, seguirte de cerca y solos en medio de un mundo que lucha con dureza contra quienes no comparten sus posturas. Tú lo sabes muy bien porque ya pasaste por ello.

Sigue llamando a trabajar en este sector de tu Iglesia.
Es necesaria en la actualidad la presencia de personas consagradas en medio de un mundo que te desconoce.
Nuestro mundo necesita de un fermento nuevo que vaya cambiando las estructuras en que se mueve.

Que haya jóvenes dispuestos a prestar este servicio a tu Iglesia; que sientan la alegría de actuar donde actúan todos, pero que su manera de actuar sea la tuya.
Señor, bendice esta nueva iniciativa de tu Iglesia.
José Gea
 
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DESAFÍO VOCACIONAL DE LAS PARÁBOLAS, que trata del descubrimiento de la propia vocación religiosa en los jóvenes a la luz de las parábolas, y

STOP. CRISTO EN TU CAMINO, sobre ese descubrimiento también en las demás edades y estados.

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