El apoyo de la población al Ejército y a los cuerpos policiales en España es casi nulo, mejor dicho y desgraciadamente muchas veces denostado, como el caso de los Guardias Civiles en Ceuta y Melilla.
Es la hipocresía del buenista, por una parte quiere –y exige- que la policía le proteja sus propiedades, pero cuando la Guardia Civil o el Ejército defiende el territorio, entonces es criticada. La defensa de la propia propiedad privada es santificada pero cuando es la de la colectividad entonces es estigmatizada y denostada. Sin esta última no hay la primera, sin proteger la propiedad colectiva no se puede defender la privada.
España tiene Fuerzas Militares y Guardias Civiles que se juegan la vida para defender las libertades y las vidas de sus ciudadanos. Es un deber de los ciudadanos de un país democrático y libre defender a sus Fuerzas Militares, y esta defensa se traduce en apoyarlas. Los partidos políticos y los líderes de opinión deben encarar la defensa de España, de la libertad y de la democracia sin remilgos, sin tapujos, sin subterfugios, sin excusas, sino con firmeza y con inteligencia. La población tiene que castigar electoralmente a los partidos que justifican el yihadismo, o pretenden “entenderlo” y no lo condenan y se oponen a apoyar a aquellos que defienden la libertad y el país de la barbarie yihadista.
“Divide y vencerás”, pero en el caso de España no hace falta mucho esfuerzo por parte de los yihadistas para conseguir este objetivo. España debe tomar más conciencia, -me refiero a la mayoría- pues hay mucha gente que entiende que los yihadistas son los totalitarios del siglo actual-, más conciencia del peligro que se le avecina y que cada vez está más cerca.
Hoy, esta mañana, han sido asesinadas 22 turistas en Túnez, dos de ellas españolas, catalanas, por el mero hecho de ser "infieles". El Rey y el gobierno español han condenado sin paliativos el execrable y cobarde crimen.
No es una guerra entre civilizaciones, es una guerra de la barbarie criminal yihadista contra la civilización y los valores judeocristianos de Occidente.
¿Son necesarios más atentados para entender que sin defensa no se va a ninguna parte? ¿De dónde vendrá la defensa del país y de sus gentes, o es que se cree que caerá del cielo como la lluvia o que Papá Noel asustará a los yihadistas con las campanitas de su trineo?
Los españoles que hasta ahora eran indiferentes deben dejar de serlo y empezar a tomar conciencia y reconsiderar sus posiciones comprendiendo que sin Defensa no hay libertad, que la libertad tiene un precio, y éste es apoyar a su Ejército y cuerpos policiales, y que al terrorista no se le convence, se le vence. Y no se le vence con poéticos discursos.
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