Hace menos de un mes REL presentó una interesante encuesta a sus lectores ¿De qué porcentaje de las homilías que escuchas en Misa sales satisfecho? Aunque se dieron diversas respuestas, la opción más votada, casi con un tercio, fue la siguiente: “25%-50%: impera la mediocridad, algo hay que hacer”.

¡Sorprendente resultado! Por lo que a los sacerdotes respecta, el Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium ya actuó al respecto, ¿pero y nosotros? ¿Cuál es nuestra actitud al ir a Misa? ¿No somos parte de ella? ¿No somos igual de responsables? Desde luego, qué fácil es señalar al otro.

Nos hemos acostumbrado tanto que nos olvidamos del gran milagro que se produce cada vez que asistimos a una Misa y juzgamos al cura mirando claramente los toros desde la barrera.

Os propongo una cosa, vayamos a Misa como si de un partido de fútbol se tratara. A los que no les gusta el fútbol pueden hacer la comparación con un buen restaurante, una película, una obra de teatro, un concierto… Por supuesto que suena extraño, ¿cómo vamos a comparar la Santa Misa con acontecimientos banales?

En fin, dicen que para hacer una escala de valores real debemos hacer una lista de las cosas que son importantes para nosotros: Dios, la familia, los amigos, el trabajo, las diversiones… Después, ponemos al lado el porcentaje de tiempo que dedicamos a cada una y, entonces, tenemos nuestra verdadera escala de valores…

De esa misma forma, os propongo comparar la misa con el fútbol, quizá al final de todo, el sacerdote no sea el único culpable de nuestra apatía.

Sugiero una nueva encuesta que gire sobre la pregunta ¿Cuánto pongo yo de mi parte para aprovechar y disfrutar la Misa del domingo?