En la actualidad a través de la literatura también la Nueva Era ha penetrado en la sociedad, por ello los cristianos debemos tener mucho cuidado con lo que leemos, pues nos podemos confundir con ciertos libros que parece son “de superación personal” y lo que nos presentan es en realidad errores teológicos serios camuflados en bonitos slogans de superación, una trampa más de la Nueva Era. Un caso concreto es la Ley de Atracción sobre la que hablaremos en este artículo.

¿Qué es la ley de atracción y Quien la fundó?

 La ley de atracción es una pseudociencia incluida dentro de la filosofía del Nuevo Pensamiento. Dicha filofía es parte de la Nueva Era al adquirir muchos principios de esta: ver a Dios como energía (panteísmo), poder mental, karma etc.

Estas creencias conocidas como filosofía del Nuevo Pensamiento, Iglesias del Nuevo Pensamiento o del Cristo científico, han sido fundadas por Phineas Quinby a inicios del siglo XIX.

 Phineas Parkhurst Quimby (16 de febrero de 1802 - 16 de enero de 1866) fue relojero, mentalista, hipnotizador, filosofo y curandero, fundador del movimiento espiritual del Nuevo Pensamiento. Dentro de su filosofía encontramos la Ley de Atracción que tiene los mismos principios filosóficos y metafísicos que el Nuevo Pensamiento.

¿El libro el Secreto de Rhonda Byrne enseña la ley de atracción?

Concretamente es a través de este libro por el cual la filosofía del Nuevo Pensamiento y por tanto la New Age ingresa también a la literatura.

Este libro promueve la ley de atracción, teoría pseudocientífica formulada por el ocultista William Atkinson, pionero del Nuevo Pensamiento. El libro empieza introduciendo y explicando como funciona la ley de atracción, y luego da ejemplos de cómo a lo largo de la historia muchos famosos personajes usaron este método.

Este libro tiene una segunda parte “El poder” y una tercera parte que sería “la magia”, los 3 hablan de la Ley de Atracción, y como se aplica esta.

¿Qué enseña este movimiento?

 Este movimiento enseña que Dios es inteligencia infinita, por lo tanto, está en todas partes, el pensamiento divino es una fuerza para hacer el bien, todas las enfermedades son creadas por la mente, y si tenemos un pensamiento correcto podremos curarlas. Creen también que la divinidad habita en cada persona, esto es lo mismo que decir que son “panteístas”, que debemos amarnos y sanarnos unos a otros, y finalmente que nuestro estado mental acaba influyendo y manifestándose en nuestra vida. 

 Básicamente su enseñanza fundamental es que Dios es energía infinita sin forma, y nosotros le damos forma con nuestra manera de pensar, de forma que nos convertimos en creadores absolutos del mundo, de forma que cambiar el modo de pensar cambia el universo.

Será en 1877 la primera vez que se usa la expresión “ley de atracción” en un libro. Pero quienes dieron más difusión a esta ley fueron: James Allen (1864-1912); Wallace Delois Wattles (1860-1911)  y Rhonda Byrne.

La Ley de atracción consiste básicamente en esto” si tienes pensamientos positivos te ocurrirán cosas positivas”. Osea atraemos las cosas buenas a través de nuestra mente y nuestros pensamiento. Esto es incompatible con nuestra fe, nosotros no podemos atraer de manera mágica el bien, no somos dueños de las cosas buenas o malas que pasen. Es absurdo pensar en que si yo tengo un pensamiento positivo voy a evitar enfermedades, terremotos, desastres naturales o fallecimiento de familiares, pensar así sería ponernos en el lugar de Dios considerándonos dueños de nuestra vida y de la de los demás, creyéndonos en definitiva otros dioses.

¿Contradice la Ley de Atracción la doctrina cristiana?

El documento Jesucristo portador de agua de vida en su punto 6 dice: Crea tu propia realidad. La convicción generalizada en la Nueva Era de que cada uno crea su propia realidad es atractiva pero ilusoria. Cristaliza en la teoría de Jung, según la cual el ser humano es una vía de acceso desde el mundo exterior a un mundo interior de infinitas dimensiones, donde cada persona es un Abraxas que da a luz su propio mundo o lo devora. La estrella que brilla en este mundo interior infinito es el dios y meta del hombre. La consecuencia más dolorosa y problemática de la aceptación de la idea de que las personas crean su propia realidad es la cuestión del sufrimiento y de la muerte: las personas con graves deficiencias o enfermedades incurables se sienten engañadas y degradadas cuando se les sugiere que son ellas quienes han hecho caer la desgracia sobre sí mismas, o que su incapacidad para cambiar las cosas indica una debilidad en su manera de afrontar la vida. Todo esto dista mucho de ser un tema puramente académico: tiene profundas implicaciones en el enfoque pastoral de la Iglesia ante las difíciles cuestiones existenciales que todo el mundo se plantea. Nuestras limitaciones son parte de la vida, inherentes a la condición de criatura. La muerte y el sufrimiento constituyen un desafío y una oportunidad, pues la tentación de refugiarse en una reelaboración occidentalizada de la reencarnación es una prueba clara del temor ante la muerte y del deseo de vivir para siempre.

La Iglesia entonces nos enseña como creer que nosotros con nuestra mente creamos nuestra realidad es algo ilusorio y carente de sentido, debido sobre todo a nuestras limitaciones, no podemos manipular el mundo con el poder de la mente, el hombre es un ser creado, por tanto, limitado, estas limitaciones se ven sobre todo en la muerte, la cual si no se entiende cristianamente lleva a caer en la reencarnación por el ansia de vivir para siempre.

Recordemos lo que dice la Biblia de los pensamientos:

Isaias 55: 8-9 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Yavhé. 9 como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos

 Esto es, muchas veces los pensamientos del hombre no ocurren porque no es voluntad de Dios que ocurran, y tú no puedes saber qué es lo que más te conviene, solo Dios lo sabe, por ello sus pensamientos son superiores a los nuestros y debemos abandonarnos a la providencia divina. 

Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que, si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. 1Juan 5,14 

En este texto claramente el apóstol San Juan nos dice porque suceden las cosas: porque son conforme a la voluntad del Señor. Nosotros cuando le pedimos algo conforme a su voluntad él nos lo otorga, pero si es algo no es conforme a su voluntad no sucederá. Aquí está el error de la ley de Atracción y de la filosofía del Nuevo Pensamiento: quien concede todo es el Señor cuando es conforme a su voluntad y no conforme a nuestro pensamiento.

Por otro lado esta también el error de poner al hombre como “un dios", el domina su voluntad y sus pensamientos, al decir “ si tienes pensamientos positivos te ocurrirán buenas cosas” estas condicionando a Dios estas imponiéndole tu voluntad, en otras palabras, estas afirmando que conoces los pensamientos y planes de Dios y puedes actuar en ellos conforme a tu voluntad, sin embargo la Escritura nos enseña que:

Romanos 11:33¿Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!

 Salmos 139:6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; es  elevado, no lo puedo alcanzar.

 Lucas 22,42 Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Estos textos enseñan claramente que no podemos conocer los pensamientos ni juicios de Dios, sus caminos son desconocidos para el hombre y al ser desconocidos no se le puede condicionar. Además tenemos el ejemplo de Jesús que es el ideal cristiano, abandonarse a la voluntad de Dios, dejar se haga su voluntad y no la nuestra. Ya los escritos de los santos Padres enseñaban esto:

“Cualquier cosa que te suceda recíbela como un bien, consciente de que nada pasa sin que Dios lo haya dispuesto” (Epístola de Bernabé,19).

 Y el gran obispo de Hipona lo concreta aún más:

"Si algo acontece en contra de lo que hemos pedido, tolerémoslo con paciencia y demos gracias a Dios por todo, sin dudar en lo más mínimo de que lo más conveniente para nosotros es lo que acaece según la voluntad de Dios y no según la nuestra” (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).

Siguiendo la enseñanza del doctor de la gracia, que tengamos un buen pensamiento no significa que nos vengan siempre bienes, pueden venirnos dolores, sufrimientos, cruces aun cuando tengamos buenos pensamientos, Dios sabe porque nos los manda, pues solo él que es Bien Supremo, puede sacar de males, muchos bienes  y muchas conversiones.

 Jesús Urones- Evangelizador Católico.